JUL95. TELEGRAMA PARA VENECIA, de Ricardo J. Gómez Tovar
Saludos desde Samarkanda. STOP. Viaje peligroso por Asia Central. STOP. Caravana asaltada, incursiones bandidos, tormentas arena. STOP. He pasado tanta sed que me bebería el Gran Canal. STOP. Llevo puesta una máscara veneciana para protegerme del polvo del camino. STOP. Papá y tío Matteo me dicen que deje de hacer el ganso, pero qué quieren: ¡con diecisiete años y ya de gira por el mundo! STOP. Sigo en ruta, pero las cosas no van precisamente como la seda. STOP. El desierto de Gobi empieza a agobiarme. STOP. Si no aparece pronto el palacio de Kublai Khan, me vuelvo a Venecia aunque sea haciendo dedo. STOP. Que c’est triste Venise, recordar el ayer. STOP. ¡Qué nostalgia! STOP. Pues ya estamos en Catay. ¡Trabajo de chinos nos ha costado! STOP. Aquí, recorriendo el río Amarillo, aunque a mí lo que me tienen es negro de tanto hacer kilómetros. STOP. ¡Hombre, Kublai, dichosos los ojos! STOP. Llevo ya cincuenta y cinco días en Pekín. STOP. El Khan y yo hemos hecho buenas migas y me ha enchufado en la Corte. STOP. Lo tengo preparado, ya tengo los baúles… No, que al final me quedo. STOP. Ya os cuento. Besos, Marco.
Muy divertido. Me ha gustado y, además, he pasado un rato excelente. Ameno y muy ágil. Gracias y enhorabuena.
Muchas gracias, Rosa. Sin duda, la vida huele bien cuando lo que escribimos ayuda a pasar un buen rato a quienes lo leen. Enhorabuena también por tus excelentes relatos.
Ricardo J. Gómez Tovar
Ricardo, Corazón, mencanta, has engranado un montón de viajeros míticos.
Un abrazo
Te agradezco tus comentarios, Epífisis. A Marco le van a hacer mucha ilusión…
Un abrazo
Ricardo J. Gómez Tovar
Hola, Ana:
Muchas gracias por leer el telegrama de Marco Polo a través de un bello cristal de Murano. STOP. Un saludo desde Catay. STOP
Ricardo J. Gómez Tovar
Hago un STOP en este cuento. Me ha parecido genial. Tienes arte, haces muy ameno y simpatiquísimo este viaje. Me parece de lo más apropiado para introducir a los peques en la historia. Si conoces a algún profe, pásaselo.
Un abrazo
Muchas gracias, Susana. Con tanto elogio, seguro que a Marco ya se le ha pasado el agobio de tanto desierto. Por el camino, le ha dejado un comentario a la Sofía de tu cuento.
Un abrazo
Ricardo J. Gómez Tovar
Marco STOP. Las murallas son muy altas STOP. Estos hidepu… de musumanes de la taifa de Niebla saben de poliorcética STOP. Manda urgente eso que llaman pólvora STOP.
Buen viaje STOP.
Alfonso X, alias el sabio, STOP.
Un saludo.
Resiste como puedas, Alfonso. STOP. Ahora mismo estoy dictando mis memorias a Rustichello. STOP. Total, no sé ni para qué me molesto, si luego dirán que me lo he inventado todo.STOP.
Saludos y mucho ánimo de parte de Kublai…
Ricardo J. Gómez Tovar
¡Ay, el amigo Aznavourian! Yo le conocí cuando todavía era armenio, al principio de la Ruta. Tenía una voz lo que se dice sedosa. En cuanto a las especias, me temo que Casanova nos ha agotado las existencias de canela.
Saludos, Ana. STOP
Ricardo J. Gómez Tovar
Ingenioso y divertido. Me encantó este Marco Polo contemporáneo que envía su diario por medio de telegramas.
Muchas gracias por tu amable crítica, Nicoleta. A mí también me ha encantado tu «Viaje por una taza de té», con esa hermosa cadencia que les das a las palabras y que hace que el tiempo narrativo quede suspendido.
Saludos y enhorabuena.
Ricardo J. Gómez Tovar
Pues a mi me aprecio bueno, pero he visto muchos micros con la misma estructura. No me ha sorprendido, ciertamente.
Tienes razón, Luis. No hay nada nuevo bajo el sol. Ya está todo inventado. Por cierto, el telegrama, ese sí que fue un gran invento…
Saludos
Ricardo J. Gómez Tovar
El planteamiento del relato es muy simpatico y sugerente. Para mi, por ponerle un pero, pierde fuerza en algunas frases demasiado coloquiales (tipo «hacer el ganso») q, ademas de anacronicas, sacan un tanto al lector de esa magia narrativa en la que le intentas envolver (lo siento, soy un nostalgico de la fantasia, y un admirador de sinuhe el egipcio, y para mi marco polo deberia hacerme sentir en el siglo XII).
Pero la idea me sigue pareciendo brillante, gracias!
NACHO RUBIO ARESE
Gracias por tus comentarios, Nacho. Sólo una aclaración: el relato es asumidamente anacrónico. Precisamente la fantasía es lo que permite que este trasunto de Marco Polo que he perpetrado en el éter de este blog recuerde melancólico canciones del siglo XX que le recuerdan a su ciudad natal y se comunique por telegrama.
Saludos
Ricardo J. Gómez Tovar
perdon, siglo XIII, queria decir
NACHO
Mil gracias a ti por participar en este apasionante espacio para la creación literaria con tus comentarios, Ana. Las correcciones que me comentas no tienen ninguna importancia y se sobreentendían claramente. Un saludo.
Ricardo J. Gómez Tovar