JUL64. SI NO SUBES AL TREN, de Félix Valiente del Valle
El miedo atenaza una vida. Puedes experimentarlo cuando recorre todo tu cuerpo hasta casi paralizarte. Por eso no subiría. Por eso se quedaría inmóvil en el andén, viendo pasajeros subir y bajar en la estación atestada de gente, recibiendo empujones de maletas que irían y otras que vendrían. Por eso no podría levantar su mano para despedirse de ella que estaría esperándole en el vagón.
No le serviría preguntarse porque no obtendría respuesta. La decepción hizo mella en su rostro. Sonó el móvil. El mensaje decía que no puedes saber si no subes al tren. Agarró la maleta.
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Eso que cuentas es una vida sin vivir, ni más ni menos. No digo tirarse en parapente, pero hombre, una pincelada de alegría hay que dar, sino qué coñazo.
Félix, mi cuento también era de trenes, nos encontramos en la siguiente estación ¿vale? Me reconocerás por una cerveza en la mano, esa soy yo.
Un abrazo.
Lo bueno de las palabras es que no tienen un significado unívoco, se prestan a interpretación. Todo es condicional si no subes a un tren y vives. ¿Por qué no agarró la maleta para subir? Quién sabe.
En la siguiente estación te saludaré desde mi vagón.
Félix
si que las palabras se prestan a interpretación, yo aquí no acabo de entenderlo bien. Es muy triste vivir con miedo, pero a veces el propio miedo llega a hacernos saltar, en este caso, lo paraliza, que pena. Es un relato inquietante, pero tiene un algo así de dejarte con la intriga…
Me gusta pensar que las palabras puedan inquietarnos a nosotros como lectores. La parálisis del protagonista es inicial, no final. Entonces agarra su maleta y a partir de ahí lo que cada uno imagine.
Gracias María y Ana por compartir vuestras sensaciones.
Félix
Resulta increible el poder de las palabras, a veces son como fotografías de vida. Eso me ha parecido cuando leia tu relato, me he visto en esa estación. Se trata de eso no?, identificarse con el lector de una u otra manera. Gracias Mwg