Mnstrscp2018 – R2 – Encuentro19
Los participantes con el alias : ASTEIRE – MARïA BLANCHARD – NATALIE WOOD
deberán escribir un relato que cumpla las siguientes bases:
PLAZO : antes de las 12 de la noche (hora peninsular española) del domingo 23 de septiembre.
CONFLICTO: Te despiertas y te han convertido en : MÚSICO SIN CABEZA
EXTENSIÓN : 150 palabras máximo sin incluir ni el título, ni la escultura ni el objeto
aparecer obligatoriamente este objeto : UNA MINIPIMER
GÉNERO : Humorístico, simpático, gamberril … y todo que se te ocurra añadir
Deja tu relato aquí
De soluciones e ingredientes de ASTEIRE
Ayer, entre sollozos, la vecina me explicó su última pelea con el novio. Así! me puso la cabeza. Al acostarme me pesaba una tonelada. Será por eso que me he levantado sin ella, debe necesitar ración doble de descanso.
Bueno, ya me las arreglaré. Lo podré disimular levantando el cuello de la gabardina y con un sombrero encajado. El único problema es cómo sujetar el violín para tocar esta tarde en la función. Hhhmmm… Un soporte con pinza sobre el hombro y listos.
Peor fue el día que me acosté con el antebrazo derecho agotado de hacerle cortes de manga a mi jefe. Al día siguiente me tuve que atar la minipimer al codo para cocinar. Casi me quedo sin huevos intentando hacer la bechamel.
Los buenos músicos nunca pierden la cabeza de NATALIE WOOD
Perdí la cabeza por culpa de una rubia loca. Fue una noche de abril, después de un concierto. Se había pasado todo el tiempo mirándome con sus grandes ojos negros y su sonrisa de gata y yo me acabé equivocando en un par de canciones. Cuando acabamos de tocar me acerqué. Esperaba que cayera en mis brazos. Los del grupo se fueron y nosotros nos quedamos tomando otra y otra y otra, jugando a la oca, de copa en copa, seguro de que me seguiría hasta la cama. Para cuando llegamos ya la había perdido. Algunas noches salgo y recorro la ciudad buscándola. Sé que me la dejé olvidada encima de la barra de algún bar, con el cuello manchado de carmín y una sonrisa de oreja a oreja. Mientras tanto ella me espera en casa y me prepara la cena con la minipimer.
Música celestial de MARïA BLANCHARD
Cuando no duerme le da por guisar. La mayonesa había vuelto a cortarse y salió de la cocina, batidora en mano, a estirar las piernas. Regresó al dormitorio y me encontró sentado en la cama. Yo escribía febril en un papel, apoyado en la mesilla de noche. Sin cabeza. Como si mi pijama de invierno se la hubiera tragado. Le tendí un papel tembloroso lleno de preguntas que no podía contestar ¿Qué me ha ocurrido? ¿Dónde está mi boca? ¿Y mis oídos? ¿Cómo me ganaré la vida desde hoy? De repente le arrebaté febril el electrodoméstico para comprobar lo único que podría salvarme de la desesperación y la locura. Resulta increíble pero el ruido de una minipimer inalámbrica resonaba, en alguna parte de mi nuevo cuerpo, como música celestial.
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