58. La fotografía del doctor Padilla
En el club de fotografía se van a asombrar. Ha quedado perfecta. Ya la veré bien en casa, pero creo que podré presentarla al concurso. Y cuando les cuente que ha sido con la cámara del teléfono no se lo van a creer. Ojalá pudiera dedicarme a esto y dejar el sanatorio de una vez. Es buenísima: una pareja viajando en tren, dormidos, abrazados y relajados, y el paisaje que se insinúa por la ventanilla.
Ella estará ida después de un día sin medicación, aunque duerma. Y él… él nunca está así de tranquilo en el hospital. Allí está tenso siempre. No me importa ir a los cuatro bares del barrio de vez en cuando a buscar a los que les da por escaparse. Además, los taberneros ya los conocen, nos avisan, los entretienen mientras llegamos y no les dan alcohol. Pero esta vez se han largado del todo y para colmo en pareja. Y vaya pareja.
Ya estamos llegando. Nos están esperando con la ambulancia en la estación. Mejor espabilo primero al doctor Padilla, que supongo que me ayudará con ella si se despierta nerviosa.
Vaya, vaya, con el doctor Padilla. Quizá el hombre ya debería ir pensando en jubilarse y descansar de esa tensión en el hospital.
Bien jugado con el lector.
Saludos!
Carme.
Acabo de darme cuenta de que el doctor Padilla está en el manicomio en calidad de paciente. (Tú tampoco te habías dado cuenta, ¿eh?). No me lo contó cuando lo escribí. Qué listos son los personajes, nos engañan siempre, aunque a veces no nos demos cuenta y creamos, fatuos, que hacen lo que hemos ideado para ellos. Gracias por leer, Carme.
Inesperado final. Me ha gustado mucho como lo has llevado. Suerte.
Besicos muchos.
Gracias por pasarte por el relato, Nani. Abrazos.