59. Valeria y su historia
Valeria todos los días a las 7:45 horas llega a la estación. Los tacones, pronto resuenan en el anden, acompañados de voces, prisas y del traqueteo de alguna maleta. Valeria coloca sus gafas, aguza sus oídos, como en sus tiempos de cine con su marido. En pocos minutos se enfrasca en la vida de Doña Alma, sin más, le cotillea que enviudó hace tres meses. Sus hijos se la rifan por su pensión. Doña Alma casi pierde el tren, mientras enseñaba a Valeria fotos de sus nietos. La dueña de un caniche, en su trasportín, le cuenta que van a casa de su hija. Después de viaje con el IMSERSO. Su hija se empeña en que se eche novio «a mi edad»-fíjese-.Una chica altísima, la embiste con su lima, le explica que tiene las uñas frágiles, a pesar de tomar levadura. A carcajadas le dice que beber cerveza «no funciona». Paqui, la limpiadora, se une con su saludo diario, le susurra, a hurtadillas, que lo de su marido, ¡menos mal! es benigno y, por fin, se va la tóxica de su hermana a Valladolid. Valeria se va un día más con las neuronas abarrotadas de historias que ahuyentan su soledad.
Dura la soledad impuesta. Suerte.
Besicos muchos.
Nani,solo hay que saber observar.
Saludos