102. TERMINAL ( Belén Mateos)
La abrazó en el último instante en el que el tren se estrelló contra el sueño del chófer. Habían desayunado cruasanes de mantequilla, un café au lait y zumo de mora.
Siguió su rumbo sin empañar los cristales de llanto, sin pestañear ante ese viaje que cambiaba el destino de unos pasajeros sin nombre, sin despedida, sin invierno en el que abrigarse.
Su dirección… el centro más húmedo de la tierra, el paso inaccesible a la oscuridad de la espera, el túnel abandonado en la boca de un lecho elástico y hormigón pretensado.
Hoy, el sabor a mantequilla se saborea en la escarcha de sus huesos, en un día contado en cada estación del calendario, en cada línea férrea hacia lo desconocido.
El margen de la vía aún ampara la caricia en ese raíl, en ese vagón cargado de muerte y con aroma a moras
MªBelén, bellas imagenes para definir tanta tragedia. Suerte y saludos
Muchas gracias Calamanda.
A veces la tragedia llega con un disfraz de belleaza.
Un abrazo grande bonita.
Me encanta ese «casi» palíndromo del final¡¡ Elegante, como siempre ¡¡Saludos!!
Muchas gracias José Manuel por estas palabras tan encantadoras.
Abrazosss..