JUN100. SOBRE VUELOS, de Miguelángel Flores
El día que el vendaval se llevó a Germán, la vida empezó a ser otra. Mamá se varó en el lamento de haberlo subido con ella a tender a la azotea. Y allí se quedó. Papá, que había salido a buscarlo, volvió con una grulla, dos palomas, una cometa y un racimo de globos descoloridos. Pero no era lo mismo. Germán había dejado un vacío muy grande difícil de llenar. A veces, asomados a la ventana, lo veíamos pasar volando. Lo llamábamos a gritos y él saludaba como si fuera en autocar.
Una tarde otoñal el viento lo dejó en la puerta. Lo abrazamos todos. Menos papá, que se había ido de nuevo a buscar cosas que volaran. Germán había crecido un palmo y estaba despeinado. Nos contó como era el mundo, pero desde arriba. Altanero. Mamá seguía lamentándose de lo de la azotea. De nada servía que Germán diera saltos ante ella diciéndole que había aterrizado. No volvió a ser la misma. Él tampoco, se creía muy volátil. Y alardeaba de ello. Pero el que más cambió fue nuestro padre, que nunca regresó y nos conformamos con un señor que vivía enfrente. Y no se parecía en nada.
Qué delicia surrealista, Miguelángel, un gran trabajo.
Me ha gustado mucho, muy simbólico, las alturas, el viento, subir (soñar acaso??), bajar al mundanal ruido…
Un pequeño apunte que me ha «pegado» al ojo… gruya, si te refieres al ave, es grulla… no???
Suerte!!!
Marta
Muy bueno, Miguelángel. Todo es volátil en esta vida. Menos, quizás, el dolor de una madre, como bien lo expresas.
Un abrazo.
Muy bonito, Miguelángel, me ha encantado.
Suerte
Me gusta tu surrealismo. Escenas que bailan al son de un aire «familiar», de años. Vidas que avanzan y cambian encauzadas en ese aire que lo sopla todo. Sucesos que esconden decepciones.
Un micro original y profundo, camuflado en una historia fantástica.
Besos.
Te confieso que me gusta aunque no acabo de saber porque, quizás por ese punto tan volátil, esa irrealidad de la vuelta de Germán o esa inquietud que me produce la marcha del padre, no sé… pero es de los que se quedan pegados en la memoria.
Besitos
Se llama Germán, y eso ya es un acierto. Es un nombre impropio de poesía, de niño normal. Y la primera frase es la clave; porque en el momento que aceptas ese inicio y que el vendaval se ha llevado al niño, lo demás ya es…lo que tenía quye pasar.
Me hizo pensar en el realismo mágico de algunos autores de Latinoamérica. Muy vistoso. Hasta la grulla es argentina.
Magnífico Miguel Angel, haces que veamos a Germán volar, al padre , en su busqueda de cosas que vuelen y nos haces sentir el dolor de la madre,y todo parece real, y todo ello, inmerso en un mundo subrealista, eso es ya todo un logro. Enhorabuena.
Gracias por compartir con todos tu arte, Miguelángel. Hago míos los comentarios anteriores a este.
Magnífico relato. Vaya facilidad de engranar realidad con ficción.
Un abrazo.
A mi tu relato me hace pensar en la transformación que tienen nuestros hijos. Cuando son pequeños es fácil con una cierta flexibilidad y un poco de orden. Después cuando van creciendo, piensas ¿dónde está aquel niño que crié?
Y tienes que salir a buscar su alma como al padre de tu relato. Cuando le da la gana, vuelve, te muestra su cara y entonces quisieras aprehender aquellos bonitos años que no volverán, que solo quedan en el recuerdo.
¡Enhorabuena, por tu relato!.
Está claro que este micro me ha quedado con tantas lecturas como lectores. Eso me gusta.
Gracias a todas y todos por vuestros comentarios. Es un saber que algo tuyo haces disfrutar a alguien (y hablo de literatura).
Abrazos.
PD. Marta, tienes toda la razón, es GRULLA, y no gruya. Qué mal, lo siento mucho. Y mira que lo miré en el diccionario para asegurarme. Lo que no recuerdo es de qué me aseguré.
Enhorabuena por la selección, Miguelángel!!!
O como decimos por aquí ZORIONAAAAK!!!
Hasta el prócimo relato!!!
Marta
Con permiso del autor, lo arreglamos ya mismo… a todos nos pasa alguna vez…
Muchas gracias, Juan. Siempre tan atento.
Un abrazo.
Genial relato. Es redondo como una manzana con un buen principio y un estupendo final. ¡Viva el realismo mágico!
Paloma Casado
Original ese Germán siempre de excursión, pero me quedo con el padre que limpiaba la atmósfera y que al final se quedó en órbita. Y la pobre madre atónita y traumatizada. Seguro que ya tiende en «sissis».
Surrealista y tierno y con ese humor tan humano tuyo.
Suerte y un beso.
Antonia
http://estimemlaparaula.blogspot.com.es/
Gracias Paloma, realismo mágico, o realidad exagerada,diría yo.
Saludos.
Original ese Germán siempre de excursión, pero me quedo con el padre que limpiaba la atmósfera y que al final se quedó en órbita. Y la pobre madre atónita y traumatizada. Seguro que ya tiende en «sissis».
Surrealista y tierno y con ese humor tan humano tuyo.
Suerte y un beso.
Antonia, que me repites las cosas como si fuera sordo de lectura…
Tierna tú, preciosa de trenza blanca.
Un abrazo, o dos.
Que te presentes así, a última hora, y con este pedazo de micro pues que desmoraliza. Me ha encantado Miguelángel, le veo, pero que muchas opciones. Es también muy tuyo, de los que hacen disfrutar y quedarnos con la boca abierta. Y eso de quedarse con el señor del enfrente, como que es lo mejor del micro. Un abrazo y mucha suerte.
Quien te lea pensará, pobrecita, qué mal debe escribir… Madre mía, a tí sólo te podría desmoralizar Cortazar si se presentara a este concurso, y mucho tendrían que cambiar las cosas en esta vida. Así que tranquila, Mar Güiner, que tú si que vas sembrando el pánico por donde pasas, con tu manía de ganar.
Un abrazo. Grande. Tú y el abrazo.
Hola company. Cada vez tengo más claro que estos microrrelatos verán la luz impresos en papel cualquier día de estos. Tu sigue diciendo que no, sigue… pero sólo hace falta que algún editor se pare un momento a ver lo que escribes y cómo lo escribes.
Ves pensando el título.
Menudo final! Un cuento de cuento, me gusta Miguelángel. Juegas con los personajes, haces malabares y los vuelves a dejar, despeinados, en el texto…¡Qué bien!
Un abrazo
Muy buen relato, me ha gustado el subrrealismo.
Suerte!
Un saludo, Blanca
Un nuevo premio. Miguel angel. Eres grande, señor.
Me gustaría ser Germán, pero más de tierr, para poder felicitarte por el original relato.
¡Enhorabuena! Un a vez felicitado, voy a volatilizarme un ratucu. Lines
Gracias, Lines. Ser Germán de tierra es fácil. Bueno, difícilmente fácil.
Un saludo.
Muy psicodélico. Me ha encantado. Felicidades!!!
Yo tampoco había leído esta maravilla antes. Cito a calvino como musa, no en plan cultureta. Muy bonito y gracioso, me encanta.
Gracias, Ricardo, Pablo, celebro que os guste. Para mí, de los que he presentado, también es el que más me gusta. O casi.