34. Cuestión de confianza (R. L. Expósito)
La novia sonríe entusiasmada frente al espejo del tocador. Como muestra de aprecio, la familia de su prometido ha contratado una estilista profesional, dicen que la mejor, y su talento no defrauda. Ya se imagina en la iglesia: «Entro altiva por la puerta grande, los invitados lloran a mi paso y, delante del altar, soy el centro de atención». Solo falta un último retoque. La estilista le pide que se tape la cara con las manos para que pueda fijar el peinado y ella obedece, incluso cierra los ojos por si acaso escuece. No advierte que casi arruina el maquillaje. Tampoco sospecha que el bote de laca se ha convertido en una pistola con silenciador, ni sabe que es la novia de un soplón, aunque nadie olvidará lo hermosa que lucía en su funeral.
Raúl:me gustó tu relato con sabor a novela negra.
Triste final para una novia que vivía en un mundo de fábula.
Suerte
Manuela
Gracias por la visita y el comentario, Manuela. Me alegra que te haya gustado. Suerte a ti también.
Vaya por delante que parto de cero, que escribo de oídas. Lo hago lo mejor que puedo pero no me basta: tengo ganas de aprender y mejorar, así que agradezco cualquier ayuda. Si alguien dispone de tiempo y tiene ganas, es libre de diseccionar mis textos con la frialdad y precisión quirúrgica de Jack el Destripador.
¿Qué ofrezco a cambio? Como poco, y si la salud me lo permite, devolveré la visita, la lectura y algún comentario cortés. Pero si alguien se atreve y me lo pide, también la observación crítica y feroz de un carnicero aficionado. Advertidos quedan los osados. Además, creo que el debate siempre enriquece.
En cualquier caso, gracias por pasaros.
Comienzas tu relato con frases llenas de romanticismo para después dar un gran giro y convertirlo en un relato noir. Me ha gustado mucho.
Te deseo mucha suerte.
Besos.