37. El lento y minucioso ataque
Te tengo que decir que me entusiasma la idea de verte más feliz de lo que fuiste conmigo. Incluso que comenzaras a ser feliz mucho antes de abandonarme.
Yo era tu novio formal, pero de vez en cuando desaparecías de mi vida para buscar el riesgo en sórdidos tugurios y con gente de dudosa moralidad. Así conociste a un chico de mirada esquiva y brazos perforados por el que finalmente me dejaste.
Pero aquella aventura acabó. No acertabas a ver tu futuro junto a él, mendigando unas monedas en los semáforos.
Antes escondías tu rostro con capucha y ahora entras en la peluquería sin rubor. La peluquería era para ti un territorio desconocido y ahora es un lugar donde restauran pérdidas y levantan ruinas.
Te veo feliz, a pesar de sufrir el lento y minucioso ataque con spray de Rebeca, tu peluquera y mi actual novia, inteligente, educada, empática, de la que estoy muy enamorado. Desde que me abandonaste, solo he confiado en Rebeca para contar lo mucho que me hiciste sufrir en el pasado, sin caer en la cuenta que tiene como yo, un sentido muy radical de la venganza. Por eso creo que deberías cambiar de peluquería.
Hola Jesús. La venganza se «sirve fría». No imaginaba ese final. El rencor hace faenas de las suyas.
Genial. Muy original la narración desde ese punto de vista, me gusta.Y un desenlace nada convencional.