72. SUEÑOS ROTOS (Virtudes Torres)
El pelo liso, negro, brillante. Un poquito de flequillo, la mirada entre ingenua y pícara. Unos ojos muy vivos derrochando dulzura y simpatía. Emulaba a su gran ideal, a su musa, a su Yo en otra dimensión. Se llevaba horas en el baño tiñendo su rubia melena, alisando sus rizos recogiéndolo en ese moño italiano hasta conseguir el resultado que deseaba.
Empapeló con fotos de su ídolo las paredes de su apartamento, buscaba su reflejo en ellas. A veces se sentaba en la ventana acariciando una guitarra, dejando escapar las notas de Moon River con tanta suavidad, que parecía que el video estaba reproduciendo de nuevo la película.
Se miró al espejo, su mano enguantada jugueteó con una boquilla extensible sin cigarrillo. Un mechón rebelde escapó del recogido. Espolvoreó laca por su pelo. Vestida de negro, con un collar de perlas artificiales, se veía perfecta. Tomó el bolso y salió a la calle.
La noche fue tragándola a cada paso. La escupió de madrugada, rodando como las perlas de su collar, con sus anhelos deshechos enredados en su melena, mientras en el aire sonaban las notas de una canción: There’s such a lot of world to see.
Un bonito homenaje a la gran Audrey Hepburn en su mejor momento, con una canción y una imagen míticas. Aparte de ello, también es una muestra de cómo las mejores expectativas se pueden truncar en muy poco tiempo. La realidad no siempre coincide con los anhelos, pero nunca está todo perdido, los sueños que se han venido abajo pueden volver a armarse pues el mundo no termina en una sola noche, por frustrante que haya podido ser, sino que hay mucho más para ver.
Un abrazo y suerte, Virtudes
Cuando vi la foto fue la imagen de Audrey Hepburn la que vino a mi mente y me ha costado bastante cuadrar el relato. Iba por otros derroteros. Al final el relato quiso que terminara así. Y ese es el mensaje que he querido trasmitir con la frase de la canción.
Un abrazo