30. Psicolor (Blanca Oteiza)
Cada vez que me miro en el espejo siento vértigo, igual que cuando monto en el bólido azul a cuerda que aparco frente a la ventana. La imagen se mueve a mi alrededor y me tambaleo como el péndulo del reloj. Naufrago en la superficie que me ahoga fragmentada en pedazos que caen al lavabo. Todo es tan rápido que no logro bajarme en ninguna parada. Viajo sin más compañía que las chicas de blanco que me visitan de vez en cuando. También hay un chico muy agradable que me despierta por las mañanas, incluso antes que cante el gallo que tiene la vecina asomado al balcón. Alguna vez me lo llevo en mi coche a dar una vuelta para que tome el aire de la carretera. Si pudiera apearme en uno de esos paseos, quizás no volviera a esta habitación tan sombría como la noche sin estrellas.
Sentada en la cama, contemplo sobre mi mano el lienzo colorido de las pastillas de las cinco de la tarde. Suspiro resignada ante la atenta mirada que me vigila hasta que la última desaparece por mi garganta.
No es sencillo narrar en primera persona las vivencias de una patología, en la que la realidad aparece distorsionada. Una mujer atrapada en la habitación de una clínica psiquiátrica, se imagina en movimiento en un vehículo imposible, a la espera de que algún día, quizá, pueda recuperar una vida saludable y normal. La frase en la que dice naufragar es casi un microrrelato en sí misma.
Un abrazo y suerte, Blanca
Ángel, muchas gracias por dedicar unas palabras a comentar mi relato.
En los momentos lúcidos (o no, nunca se sabe) la mujer se imagina hacer un viaje y salir a respirar aire fresco y quedarse haciendo una vida «normal», ya que entre las paredes del psiquiatrico no puede tener.
Un abrazo
Una locura de micro (¡Literalmente!) ya desde el título… La narración en primera persona permite ver, oír y sentir todo desde el personaje. Qué lugar cómodo y seguro que es la ficción para el lector… eso sí, no me gustaría ni un poco estar en los zapatos de la paciente…
Muy bueno tu psicolor, BLANCA; te felicito.
Cariños,
Mariángeles
Muchas gracias Mariángeles,
Me alegro que te haya gustado. El título es una palabra inventada, juego de la mezcla de psico (de psique, psicólogo, psiquiatra…) y color (por las pastillas de colores).
A mí tampoco me gustaría estar en los zapatos de mi protagonista, aunque la primera persona creo que siempre ayuda a meterse más en el papel.
Besos