NOV95. EL AMANTE LÉXICO, de Raúl Ariza
Me gustan. Soy muy enamoradizo, es cierto, pero es que ya digo que me gustan tanto como para no poder pasar un solo día sin disfrutar de la compañía de, al menos, alguna de ellas.
Yo diría que son increíbles, cada una a su manera. Hay unas, por ejemplo, que son de un sensual concupiscente. Cada mañana me despiertan con los lametones que se guardaron la noche anterior, para dosificar la entrega de la amante experta y así tenerme siempre en vilo. Otras son acogedoras, madres de caricias y abrazos ciertos. Son tan tiernas, atentas y amables corregidoras, que con ellas aprendo pronto y crezco haciéndome mejor. También las hay osadas y rebeldes, de gestos rampantes, de grito y pulmón, con esa energía electrizante que te acompaña durante todo el día, hasta incluso mucho después de abandonarlas. Y las hay sabias, e imperecederas hasta lo eterno. Y también las hay amigas; y hermanas; y vecinas con derecho a roce; y anónimas desconocidas, hermosas y necesarias.
Son tantas, tan excitantes y de verdad, tan de sudor y carne, que me resulta imposible prescindir de ninguna de mis palabras. Lo confieso,… ¡Ay!
Muy original y acorde con el lema propuesto. Perfecto para leer en clase.
Raúl, quien puede no sentirse aludido con tu cuento; las palabras son mucho para nosotros. Suerte y saludos.
Te superas, maestro.
Abrazos.
Palabras definiendo palabras. Buen muestrario con mucho fondo. El título perfecto.
Abrazos.
Hola, Raúl.
No sé qué sería de nosotros sin las palabras, por eso me parece tremendo aquéllos que no pueden hacer uso de ella por razones diversas. ¡Ole, tú!
Gran cuento, me gustó mucho.
Un abrazo.
Raúl, sigue enamorado para poder ofrecernos micros tan buenos. Un abrazo.
Y a veces aparece alguna bien escamondada que te sorprende, ¿no es fantástico?
Este mes, este relato es mi favorito.
Ay, y las palabras traidoras o traicioneras, Raúl? Gran relato, me ha gustado, sobre todo las «vecinas con derecho a roce», jejeje… Enhorabuena! 😉
Un saludo!
Opino igual. Las palabras muchas veces llevan una carga de sensaciones diversas y hasta contradictorias, según quién las diga, dónde, cómo…
Un abrazo.