28. MARÍA (Pilar Garrido Aláez)
Aquella mañana desde la habitación de al lado, escuché como mi hermana María lloraba. No me atreví a llamar a su puerta así que estuve atenta, esperando a que saliera. Cuando por fin lo hizo, corrí detrás de ella por el pasillo, se fue directa a la cocina y al entrar, mamá, que estaba preparando tomates para hacer mermelada, la vio con los ojos muy rojos y le preguntó:
– ¿Qué ha pasado María, qué te ocurre?
Ella, con timidez y rubor le contestó:
– Mamá, creo que estoy embarazada.
Los rayos del sol entraron en ese instante por la ventana y se reflejaron en sus cabellos mientras las dos se abrazaban. Mamá la miró con tanta ternura que ya no hicieron falta las palabras.
Yo no entendía muy bien que pasaba, pero ese día me di cuenta que ya nunca más sería la pequeña de la casa.
Hola, Pilar. Nos muestras en tu relato una escena familiar muy espontánea y natural, aun en su «aparente» ¿ingenuidad? Además, cosa creo que muy buena, su lectura hace que mi mente se vaya (y, de paso, reflexione) por algunos derroteros relacionados con la historia: cómo un suceso «mundano» puede hacer que todo cambie, al menos, en nuestro pensamiento; como lo que para uno parece ser una desgracia, para otro es una alegría; esa ternura y comprensión primera al conocer la noticia seguirá cuando las seguras dificultades aparezcan; qué pasará con el padre de la posible criatura o con el de la familia, si lo hay… Pues nada, que me ha gustado tu María y las reacciones, tanto de ella como de la madre y de su hermana- Suerte y saludos, Pilar.
Hola Jesús.
Bien pensado, las vueltas que da la vida no siempre son para mal.
Me alegro muchísimo que te haya gustado mi relato y que me dediques estas palabras.
Un abrazo.
Pilar
Todo puede cambiar en un instante. Una existencia entera queda condicionada por una sola frase, llena de consecuencias. No entramos a valorar si ese embarazo era o no deseado, sí parece haber sorprendido tanto a la futura madre como a la abuela en potencia, con gran comprensión por parte de ésta, que podría habérselo tomado de otra forma, al menos en un primer instante.
Una escena sencilla, como el título, pero trascendente, en la que por encima de todo flotan, a un mismo nivel, la sensación de cambio y el cariño.
Un abrazo, Pilar
Hola Ángel, yo también creo que la vida necesita nuevas emociones. En términos generales, todos estamos bastante escasos de comprensión, quizá habría que llevar la conciencia a examen y darse cuenta que nadie es perfecto.
Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo.
Pilar
Una imagen dulce de lo que, en general pensamos que debería ser un terrible drama. Quizá es una enseñanza sobre cómo deberíamos vivir nuestras emociones. Siempre digo que, cuando pasa eso, los padres (como es normal, por qué nos vamos a engañar) explotan, ¡¡¡rabia, furia, lágrimas, drama absoluto!!!! Y unos meses después, toda la casa está llena de babas de abuelos…
¡Suerte!
Hola Salva, es que donde esté un bebé y tenga unos abuelos y abuelas para mimarlo…que se quite el resto, que se pare el mundo, ya sólo hay ojitos para ese nuevo ser.
Mi sincera enhorabuena por tus Cuentos tontos y muchas gracias por comentar mi relato.
Un abrazo. Pilar
Muy bonito tu relato Pilar. La sorpresa de lo inesperado, que puede convertirse en alegría o no tanto. Lo dejas bien abierto. Felicidades y suerte.
Besicos muchosl
Hola Nani.
Pues sí, depende de como cada persona se tome los acontecimientos, así saldrá todo.
Muchas gracias por tus palabras y desde aquí te mando un beso.
Pili te hecho mucho de menos. Ojala pudieras estar aun con nosotros. Para siempre te tendre en mi mente.