JUN06. VIENTO DEL SUR, de Maricarmen Brun Martín
Cuando soplaba el viento de levante se volvía irascible y agresivo. Todo le parecía mal. A ella, los insultos y amenazas se le clavaban en el alma como golpes racheados de arena en la piel. Una atmosfera de impotencia, pena y dolor invadía la casa.
Después, reinaba el silencio, una tensa calma lo acallaba todo y minúsculas partículas de serenidad se iban colando por todos los rincones.
Se podía respirar y hasta vivir.
Al poco tiempo llegaba el aire fresco de poniente y toda su persona se transformaba en ternura: la llenaba de mimos y caricias, le enviaba delicadas orquídeas, preciosos ramos de rosas rojas y le compraba joyas muy caras. El paraíso soñado y días felices…
Pero cuando todo parecía ir bien, el maldito levante volvía con fuerza calcinando el ambiente y convirtiéndolo todo en un infierno de incomprensión y locura.
Demasiadas lágrimas, demasiado sufrimiento…
Y un buen día, fue ella la que cambió como el viento y empujada por un suave y templado viento del sur, puso un nuevo rumbo a la nave de su vida.
Me ha gustado mucho cómo enfocas los sentimientos con la ayuda de los vientos. Buen título y enorme la manera en la que encaras el maltrato sin mencionar ni siquiera la palabra. Suerte.
Hola, Maricarmen. Lo que te iba a decir ya lo dijo Pablo. En esta preciosa metáfora explicas el tema muy bien, he visto perfectamente el argumento.
Muhas gracias por vuestros comentarios.
Hacía mucho tiempo que no escribía nada, me ha encantado descubrir este blog