51. REVERSIBLE
Yo no soy esa mujer que se vende a partir de las ocho de la tarde en una carretera de las afueras por un puñado de euros. Tacón alto, falda corta, escote interminable y labios rojo pasión. Soy la que está al otro lado de su piel. La que renace cuando se desprende de los tacones y se limpia de lujurias ajenas debajo de la ducha. Aquella que todavía dibuja corazones con una inicial en cada extremo de la flecha que los atraviesa, las mismas iniciales desde los quince años. Soy la que cree que las manzanas rojo vivo son menos apetitosas que las verde esperanza. La que soy, aún desgrana ilusiones de once de la mañana a ocho de la tarde, antes de que el cielo se tiña de rojo fuego y de que los corazones de papel se retuerzan arrugados dentro de la bolsa que arroja a la basura.
Una misma persona, pero con una dualidad totalmente marcada. Por un lado, la fachada que le da de comer, puro teatro en el fondo, por mucho que se disfrace de pasión y entrega; por otro, su yo verdadero, el que anhela que la quieran por su interior, una parte más espiritual que también necesita alimento, que no es otro que la esperanza, hasta que llega el atardecer rojizo y todo vuelve a empezar.
Un relato sencillo y profundo, sensible y muy bien llevado. Para leer y releer.
Un abrazo, Yolanda. Suerte
Bonito relato Yolanda. Dos vidas encerradas en un mismo cuerpo, como casi todo el mundo. <me ha gustado mucho. Felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Muchas gracias, Ángel y Nani, por acercaros y comentar.
Fuerte abrazo.
Ya dicen que el hábito no hace al monje. A nadie se le puede juzgar por el trabajo que ejerce. Debajo de su apariencia late una mujer normal con errores y aciertos, con ilusiones y decepciones.
Buen relato, Yolanda. Mucha suerte.
Besos.