MAY88. PRIMERA CITA, de Fran Rubio
El viento entre las copas de los pinos, con esa carga de inquietud, se negaba a admitir la primavera que oficialmente deberíamos disfrutar. Abril nos había negado sus lluvias y ahora mayo, casi ultimado, nos negaba las flores. ¿Problemas de eje?, ¿estaría el planeta girando desviado en el oscuro cosmos? Un mes raro en todo caso, como raro estaba siendo el año.
A las siete menos cuarto había quedado con esa chica de Internet (el amor de vida, esta vez sí) en la plaza del Polen. Y, según indicaciones, yo acudiría con un clavel rojo en la solapa, al estilo clásico. Así que, dos horas antes de la cita, me encontraba convirtiendo una servilleta de bar en un papirofléxico clavel, al que después aplicaría un rojo “pintaúñas”. Suerte que de joven fui camarero.
A ella la distinguí nada más entrar en la plaza, cuando empezó a nevar. Llevaba en su mano izquierda una hermosa rosa blanca de plástico, como habíamos quedado. Se me colgó del brazo y al caminar se hizo evidente su cojera izquierda, tan omitida en nuestras “charlas” como la derecha mía. Decididamente teníamos un problema de eje, aunque, al menos, había dejado de nevar.
Ácido, surrealismo necesario y con el toque de ironía justo. Me parece un cuentazo.
Divertido y original.
El último párrafo es soberbio, una escena que tarde o temprano te robará Tim Burton.
Imaginativo, original, maravillosas «las flores», y ese eje
desviado que es un eje del escrito. Felicidades.
Antonia
hubiera sido un merecido finalista
Isabel, Antonia, Anónimos: muchas gracias por vuestros comentarios y felicitaciones; para mí significan tanto como la mención. Los considero un premio. Gracias.