94. Una tragedia increíble (Juana Mª Igarreta)
Nereo, el anciano dios de los océanos, ha sorprendido a Tetis ovillada en el fondo marino. La joven nereida teme desvelar a su padre el motivo de su desolación. Ella, avezada socorrista de los más intrépidos argonautas, la pasada noche desoyó las voces desgarradas que imploraban su auxilio. Y el mar, tan calmo y solícito a veces, obró con la mayor fiereza, haciendo de sus aguas un dantesco escenario. ¿Quién creerá a la ninfa si cuenta que presenció a la imponente Hidra recoger despavorida sus múltiples cabezas de serpiente, al ser rodeada de un sinfín de restos humanos? Y si dice que vio el ojo de un cíclope colmarse de colosales lágrimas, cuando sumergiendo sus titánicas manos las llenó de fragmentos de una infortunada patera, ¿quién dará crédito a sus palabras?
Tal vez, si muestra sus argénteos pies todavía cubiertos de esa pátina viscosa y rojiza, tal vez consiga que la crean.
Ni siquiera los personajes mitológicos, más divinos que humanos, son inmunes a las muertes injustas en los mares, a la lucha de los desheredados por pasar a un mundo mejor con un precio altísimo. En contraste, ellos son mucho más sensitivos que los semejantes de esas pobres víctimas, que viven como si nada sucediera, que no cesan de poner alambradas y muros y miran para otro lado mientras se produce una tragedia que, si no fuese diaria, sería increíble.
Un relato para sacudir las conciencias, un aldabonazo a la inercia y al conformismo de aceptar lo inaceptable.
Un abrazo, Juana. Suerte
Una bella manera de unir la mitología clásica con la más perentoria actualidad.