MAY51. EL COLECCIONISTA DE FLORES, de Gabriel Bevilaqua
Me daba lo mismo que mis víctimas fuesen guapas o espantajos, lo importante era que tuviesen tatuada una flor. Con frecuencia, en la playa se me presentaba el bello inconveniente de debatirme entre varias candidatas. En esos casos privilegiaba los méritos artísticos del tatuaje y la región impresa del cuerpo: no hay piel para una flor como la del bajo vientre.
Tras unos pocos años, la única flor que me faltaba para completar mi jardín era una rosa azul. La búsqueda se volvió prolongada e infructuosa. Hasta hubo un momento en que estuve a punto de abandonarla, mas todo llega… Aunque nunca pensé que una compañera de trabajo tan pacata pudiese ser su poseedora.
Seducirla me resultó más sencillo de lo que esperaba, pero cuando iba a drogarla la rosa desapareció de su brazo. Ella se percató de mi sorpresa y procedió a mostrarme como la flor reaparecía en su vientre, sólo para volver a esfumarse. Supe que si quería la rosa, tendría que quedarme con la mujer.
Y eso hice, aunque el precio fue demasiado alto. Ella no le había vendido su alma al diablo para compartirme con otras flores.
Excelente, como siempre, ese coleccionista de flores. El personaje de la compañera de trabajo que le vende su alma al diablo, de antología. El coleccionista ha encontrado su merecido. Un abrazo.
Qué original y bien narrado.Un saludo
¡Gracias, Mar! Qué bueno que te haya gustado.
Saludos
¡Gracia, Susana!
Saludos
Muy imaginativo, bello, sorprendente. Genial.
Gracias, Anónimo.
Saludos
Me resultaba extraño que no contestaras a nadie… me alegro de equivocarme. Están muy bien las respuestas y los comentarios. ¡Enhorabuena por el relato!. Saludos.
Me encanta! y con final abierto ¿cuál sería el precio?
Abrazos
Hola, Anita. ¿Cuál será el precio? Hummm…
Saludos
Esperaba un final más a la altura de un asesino(o lo que sea, porque habla de victimas pero no dice qué tipo de abuso hace con ellas) en serie, con algo más de «corazón» y menos «cabeza», más inconformista.
Hola, Sara. En efecto, no sabemos si en un asesino aunque cabría suponer que sí, pero lo que les hace a las víctimas está sugerido y tiene, claro, que ver con las flores…
En cuanto al final lo único que te puedo decir es que eso tiene que ver con las expectativas de cada lector, pero me gusta que expresaras tu opinión. Siempre es bueno oír diversas opiniones para saber hasta que punto realmente funciona o no un relato.
Saludos
A mí también «me gusta que expresaras tu opinión», Gabriel, me resulta muy aclaratoria. Un saludo.
Las espinas de las rosas azules suelen comportarse asi 😀
Un beso
Las espinas de las rosas azules deben de ser tan peculiares como las rosas mismas.
Saludos
muy interesante y muy bien contado…
recuerda al empezar el libro de «el perfume» pero lo de la rosa que se esfuma y desplaza es de lo mas original…
se merece a mi juicio ser de los finalistas…
que el «castigo» sea el casarse me parece de lo mas logrado…
¡Gracias, Kistila! Me alegra que te haya gustado lo de rosa y el final.
Saludos
me imagino que no es un asesino en serie…
mas bien creo que, con delicadeza para no estropear los tatuajes, recorta las pieles de sus victimas para apropiarse tales tatuajes…
por esto es una «faena» que se esfume esta rosa azul… para «tenerla» tiene de conformarse con desposar a la portadora…
De ambiguo hay poco: si a las víctimas, después de seducirlas (con lo que eso conlleva de exponerse)les rebanaba un trozo de piel supongo que las mataría después, por coherencia narrativa, y mucho más evidente si pensaba hacerlo con la compañera de trabajo.
Jejeje, Kistila, ¡imaginas bien! Aunque el relato se maneja en un margen tan ambiguo que puede dar lugar a otras interpretaciones igual de válidas.
Saludos
También es muy gracioso que justo la compañera tan «pacata» del trabajo lo termine dominando a él. ¿Pero no decían que el amor nos hace más tontos a todos?.
En este caso la inteligente es ella. ¡Vaya, menos mal que un hombre en la ficción nos pone bien!
Tu relato, Gabriel, tiene todos los ingredientes para volver a ser ganador. ¡Enhorabuena!.
en respuesta a Sara:
¿y no podría ser que hasta ahora nunca había matado?… lo que le interesa son los tatuajes, quizás también las mujeres (ya que no precisa si ha «recogido» para su jardín tatuajes de hombres)…
Gabriel precisa que su intención es drogarlas y no habla de matarlas…
pero no hay duda que su fijación sobre los tatuajes le jugo una mala pasada al fijarse en él de una colega porque, como bien reseñas, después de haberla seducido y luego rebanado el tatuaje, posiblemente se habría encontrado con la obligación de matarla por prudencia…
prueba de que este relato esta muy logrado es que esta ficción se sigue desarrollando en nuestras cabezas y en este foro…
Gracias Kistila; realmente es un relato muy interesante para despiezar; dice que lleva años haciéndolo y que sólo le queda una flor azul, o sea que ya tiene una colección y algo habrá hecho con todas las demás; en definitiva es un «amante de la jardinería» al que le gusta cortar flores. Un saludo.
Hola, Gabriel. Ya que hay tantas opiniones, quería comentarte lo que yo entendí desde el principio, aunque haya ambigüedad en el texto; pero Sara lo ha dicho ya. Yo veo a un promiscuo que va de flor en flor y cuando ya ha recorrido todo el jardín de mujeres, la que va a ser la definitiva le prende poque su flor no está tan a mano como las otras, hay que ir tras ella, regarla,…
Algo así. Dime qué te parece esta percepción del cuento, ¿vale?
no se me había ocurrido Susana: ¡ahora en efecto lo veo como una metáfora excelente!…
promiscuo quizás no… pero un «veleta» seguro…
¡que amplitud coge este relato ahora gracias a ti!
Hay una cuestión que nadie ha abordado y que a mí me parece quizás la más interesante, y es que ella ha vendido su alma al diablo. O sea , no es un relato llano en ningún sentido. Y cada cual puede pensar lo que desee, pero existe ese dato y algo que para mí deja de ser insinuación, y es «cuando iba a drogarla».
Sigo observando y valorando lo que os sugiere.
Hola, Antonia. A lo mejor te parece simplificar el asunto. Vender el alma al diablo puede interpretarse como «soy mujer de un solo hombre, el que me desflore se queda aquí pa siempre». Y lo de drogarla, también susceptible de la imaginación de cada cual, es como «que muerda el anzuelo y luego paso del pez», o sea, un revolcón y adiós.
¿qué tal esta opinión?
No lo veo así. Ella no tiene voz en este relato y la rosa se esfuma y reaparece. Yo prefiero quedarme con la magia de la historia. Creo que en el fondo es eso. por lo mismo me estorba la palabra drogarla, o sea, que explique algo más y no lo deje solamente en sugerencia. Es mi punto de vista, nada más.
Me pregunto si es bueno o malo que un relato tenga tantas interpretaciones.
¿vos acordéis que se comento que hubo nazis que hicieron pantallas de lamparas con la piel de los judíos?…
la metáforas que sugiere Susana me gustan mucho… «vender su alma al diablo» como compromiso… no estoy segura que sea ella que va ganando con el trueque…
¡¡lo que me maravilla es que un relato de menos de 200 palabras dé para tanto!!
A mí, este relato siempre me ha recordado al asesino en serie de la película «El silencio de los corderos»…
Ya que estamos opinando sobre nuestra percepción del relato me permito dejar el mío: este hombre solo busca y persigue la flor, el tatuaje, las mujeres no le importan. Solo le falta una, la de color azul, justo la tiene ¡ironía del destino! al lado, es una compañera de trabajo cuando ya lo daba por perdido. Encima es una mujer queel no la valora en nada pero es la más lista d etodas para quedarse con él aunque haya tenido que vender su alma al diablo. El por su parte, sufre su merecido castigo, debe casarse para poder tener todos los días la rosa y como desaparece nunca, nuncala va a conseguir.
No sé si es bueno o no que hablemos tanto de este relato pero lo que está claro es que nos ha gustado a mucha gente…¡y por algo será!
¡Qué avalancha de comentarios! La verdad es que no esperaba que esta mini generara tal reacción, pero bienvenida sea.
Es muy interesante ver cómo cada lector hace su interpretación del texto. Resulta tan válido el razonamiento (impecable) de Sara por el que concluye que el protagonista mata a sus víctimas como el de Kistila que determina lo contrario. Y de allí lo de la ambigüedad a que me refería: al no decirse explícitamente que las mataba (o no) cada lector al apropiarse del texto hace su resignificación de este punto. Buena prueba de ello son las opiniones aquí vertidas. De todas maneras, si bien dicha cuestión tiene su relevancia, no es lo más importante: la recolección de las flores y la forma en que el cazador termina siendo cazado es el núcleo duro del texto. En este sentido la interpretación dada por el último Anónimo coincide bastante con el espíritu que le he querido dar al texto. Pero repito cada uno puede resignificar al micro como quiera porque el mismo entra intencionadamente en la categoría de los textos “abiertos”.
En cuanto a lo de la venta del alma al diablo, que también se ha procurado varias interpretaciones (como en el caso anterior igual de válidas), metafóricas o literales; sólo decir que los tiros van por lo último. Es el componente mágico mediante el cual la compañera ha conseguido la tan peculiar propiedad de su tatuaje.
Anónimo (varios), Kistila, Sara, Susana y Antonia, muchas gracias por vuestros comentarios. Y disculpen que esta vez no los haya contestado uno por uno, pero he preferido hacer una sola respuesta para que lo apuntado no quedase disperso.
Saludos cordiales
Gabriel, tu texto me encantó, porque tiene todos los ingredientes de un buen relato: un seductor diabólico, una obsesión (las rosas tatuadas), un final abierto, un atmósfera «negra». Es una lectura provocativa y original. ¡Felicidades!
Gracias, Nicoleta.
Saludos
Perdonad que continue con la traca, pero salen cosas muy interesantes de los comentarios, podríamos pedirle a JAMS que nos abra un foro (es broma) Yo creo qeu una cosa es que el texto sea ambiguo (que tenga varias lecturas posibles) y otro que sea un texto «abierto» (en el que el lector tiene que rellenar partes de la historia con su propia intuición o criterio)Este texto no tiene nada de abierto, todo está contado (si acaso lo del precio demasiado alto)aunque algunos detalles haya que recurrir a la ambigüedad para que funcione.
Nada que perdonar, Sara. Para mí resulta sumamente interesante leer las distintas opiniones.
Saludos
gracias a ti también, Gabriel, por leer todos nuestros comentarios…
abierto o ambiguo es lo de menos, lo que importa es que un relato de menos de 200 palabras dio para un relato de pesquisas entre todos…
y lo bonito a mi juicio es lo: «entre todos»…
🙂
!Bah! el asesino es el mayordomo, 🙂
Jajaja, ¡exacto! 😉
He leído el micro, lo he interpretado y después me he leído toooodos los comentarios, haciendo hincapié en el texto con el que has explicado el significado que querías darle o que habías pensado al dejarlo abierto. Sin duda, has conseguido el propósito : tu coleccionista de flores ha dado un juego tremendo, y no : no hubo flores…Gabriel.
Un abrazo muy fuerte.
Hola, Laura. Espero que pronto presentes tu texto, y gracias por leer tooodos los comentarios 🙂
Abrazos