MAY46. NO HUBO FLORES, de Òscar Pareja Bañón
Llegué a la orilla con la esperanza de que él estuviera allí. Me había imaginado ese momento un millar de veces en mi cabeza. Mientras nadaba, pensaba que él vestiría su traje de gala y sus manos, cubiertas de suaves guantes blancos, sujetarían un ramo de flores que me entregaría tras fundirnos en un beso apasionado tras encontrarnos. Sí, seguro que estaría esperándome ansioso por nuestro inicio de vida en común, después de muchos sacrificios. Yo había perdido mi encantadora voz y, parte de un pasado, que ya no me ligaría al fondo del océano. Él había renunciado a la corona, a una princesa de verdad, con una dote especial para su familia. Juntos marcharíamos para iniciar una nueva vida en la montañas nevadas del Norte.
Al llegar a la arena, mis escamas se vuelven piel. Al fondo, diviso su sombra. Me acerco torpemente – es la primera vez que corro con mis dos nuevas piernas-. Conforme me aproximo se dibuja una pareja besándose. Él lleva su traje de gala y un ramo de flores. Ella no soy yo. Una lágrima congela mi alma. Vuelvo al mar y desciendo hasta que mi última burbuja de aire desaparece formando un corazón roto.
A ese sentimiento de engaño con palabras seductoras se le llama «canto de sirenas» ¡le podías haber llamado así! Me gustó.
Posiblemente tengas razón. Últimamente no se me da muy bien poner títulos. Encantado que te haya gustado. Gracias por el comentario.
Muy bonito. Sueño y traición. Pueda ser que esconda una lección: No aspirar a lo que no debas alcanzar.
Gracias por las palabras. Algo de eso ahí, de aquellos sueños inalcanzables que sabemos que no podemos afrontar y chocamos con él una y otra vez. También hay algo de una lectura adulta del cuento infantil.
De nada. Me ha gustado mucho cómo está narrado. Una forma muy poética, sobre todo al final. ¡Suerte en el concurso!.