50. Traje de luces
Al arrancar la banda, pisa el ruedo y los aficionados le tributan una gran ovación. En el momento en que suenan los clarines, sale del burladero para dar unas verónicas de recibo al primer toro. Los periodistas comienzan a especificar los tonos del vestido que tanto empaque da a su figura. En Canal Estoque comentan que es Agua mar, aunque hay quien discrepa, definiéndolo como Botella. En Radio Taurina, a unos les parece Verde gallo, y a otros, Mostaza. Sin embargo, un aficionado que los escucha se vuelve y les grita que se trata de Aceituna, a lo que su compañero de tendido le aclara con vehemencia que, más bien, Oliva. Las discusiones, poco a poco, se van propagando, acompañadas de tortazos y empujones. Entre el humo de los puros, voces roncas proclaman: «¡Manzana! ¡Claro! ¡Nilo! ¡Lago! ¡Bandera! ¡Esmeralda! ¡Hoja seca!».
El maestro, convencido de que va de Pistacho, pliega el capote y se retira al callejón a esperar que pase la bronca, mientras el toro, que lo ve todo negro, salta la barrera y escapa, sin que nadie lo eche en falta, con la esperanza de volver a sentir las caricias de todos los verdes que inundan el campo.
Nunca imaginé que pudieran haber tantas tonalidades de verde, y eso que te ha faltado el verdiblanco bético. Me parece un relato muy original y divertido por demás.
Mucha suerte, Pablo, y un abrazo.
Muchísimas gracias, Rafa. Si no me equivoco, hay 17 tonalidades de verde en el verde de un traje de luces. El verde y blanco no se lo ponen porque da mal fario ?.
Muchas gracias por pasarte por aquí.
Abrazo.
Pablo
Enredados en discusiones bizantinas, puristas centrados en su mundo, se olvidaron de lo importante y, ya se sabe, a río revuelto, ganancia de toro avispado.
No todo el mundo tiene la valentía de tomar como base un tema polémico. No solo hay que alabar tu valentía como autor original, sino también y, sobre todo, el tono simpático que impregna todo el texto, con la habilidad añadida de no generar controversias, en un relato amable, a la vez que bien construido y casi podría decirse que para todos los públicos.
El final es antológico, con el triunfo de la esperanza (que ya se sabe que es verde), rematada por esa hierba emparentada con la libertad, un conjunto acorde con el color propuesto, negación del rojo que acaba por impregnar los ruedos.
Un abrazo grande, Pablo. Suerte
Me alegran mucho tus palabras, amigo Ángel, pues mi intención era evitar polémicas a partir de un relato. Yo creo que se pueden tocar todos los temas si no se ofende a nadie. Tu comentario es muy certero, como siempre, pues a la hora de escribir, una vez que se me vino a la cabeza el traje de luces, quise dejar una historia en la que se exagerara uno de los tópicos que se puede encontrar en una plaza de toros. En medio de la bronca, pensé que era buena idea que el toro escapase, buscando de nuevo esos campos de donde, seguro, nunca quiso salir.
Un abrazo y mil gracias.
Ooooh, qué relato tan hábil y bien lavado y peinado. Es genial, Pablo. Llegó después de Ángel que dice mejor todo lo que hay que decir, así que te dejo mi admiración y muchos besos.
Ayyy, mi capitana. Qué me gusta que te pases a dejarme tus sutiles y más que amables palabras. Es un gustazo leerte siempre, tanto en comentarios, como en los relatazos que te salen del alma.
Un besazo.
¡Qué divertido! Lo tiene todo, además de verde :-). Y me he quedado feliz pensando en ese toro escapando. Muy bueno.
Feliz me quedo yo de leerte, Elena. Lo bueno que tiene el escribir, es que uno decide el final, y me alegra mucho que te haya gustado el que decidí para esta historia.
Un besazo.
Precioso y original tu micro, Pablo. Me ha encantado. La fiesta nacional, tan polémica en nuestros días, se ha convertido en un pantone de verdes especiales, inusuales.
Ojalá todas las broncas del mundo fuesen por el color, de unos ojos, de unos labios, de una prenda… y ese toro, lo mejor, lo más feliz retozando en su medio, sin pensar en nada, sin una herida, con su cuerpo intacto.
Acertado, brillante y con un toque de humor muy oportuno.
Gracias por el disfrute Pablo. Feliz día y enhorabuena
Mercedes, qué preciosidad de comentario me dejas. Ojalá todos los problemas, como bien dices, sean el ponerse de acuerdo en qué tono de color tienen las cosas. Me abrumas con los calificativos que regalas al relato, y me agradan, claro. Siempre intento buscar la originalidad, así que imagina lo contento que estoy después de leerte. Un besazo y mil gracias.
Hola, me gusta el verde en todas sus tonalidades. Creo que es lo que más nos acerca a la vida. Me gusta tu microrrelato y sobre todo me gusta el verde pistacho.
Y a mí me gusta muchísimo tu comentario, Alicia. El verde también es de mis colores favoritos, no solo por ser béltco, que también, sino porque es el color de la libertad y la naturaleza.
Un besote.
Una imagen muy original para hacer un canto al color verde y al toro, que es el único que habiéndole sacado de sus prados lo ve todo negro y echándole valor se la juega saltando la barrera para volver a ellos.
Pablo, te agradezco este micro que me ha hecho sonreír.
Abrazo virtual
Una alegría encontrarte por aquí, María Jesús. Es muy acertado que apuntes que el toro lo ve todo negro, pues es el único color que percibe en su situación, hasta que escapa y busca el verde más bonito que hay, el de la libertad y la naturaleza. Ha sido un verdadero placer leer tu comentario y haberte arrancado una sonrisa.
Un besazo bien fuerte, mi querida María Jesús.
¡Ooooooooooole maestrooooo! ¡Qué gran texto! Tiene todos los ingredientes: color, gracia y es redondito como el coso.
Aplausos y más aplausos.
Saludos y suerte.
¡Vaya, Nuria, mil gracias! Cuánto me alegra leerte también por aquí y ver que te ha gustado esta microfaena ?. Para mí, los mejores ingredientes del relato son vuestros comentarios. Un besazo bien fuerte ?.
Genial, de principio a fin, a ese fin que nos deja más que contentos.
Enhorabuena Pablo, suerte y abrazo.
Pues a mí me deja la mar de contento tu comentario, Álvaro ?. Mil gracias. Un placer leerte. Saludos.
Cuánto conocimiento Pablo, y qué bien utilizado. Has conseguido un texto muy original, lleno de matices donde todos, los que aman el mundo taurino y los que no lo amamos en absoluto, podemos encontrar algo con lo que identificarnos. Ese final, con el toro que añora sus dehesas fugado, me parece estupendo.
Te mando un manojo de tréboles que te den suerte, aunque reconozco que con un texto así, poca falta te hace.
Un beso.
Cuánto me alegra lo que dices, sobre todo, porque intenté hacer un texto en el que el tema fundamental no fuera una corrida de toros, sino el comportamiento absurdo que a veces tenemos los humanos. Por supuesto, también me puse en el papel del toro y no hay que ser un lince para saber que prefiere el verde de la dehesa a la arena del ruedo, con todo lo que conlleva.
Cuando escribo de algo me gusta indagar antes, si no sé lo suficiente del tema, y en este caso, me fui a una enciclopedia taurina para ver las gamas de verde de los trajes de luces, y son 17 nada menos. De otros son también numerosas y muy curiosas las formas de definirlos. En resumen, con esa gama de verdes, en contraposición con las tonalidades verdes del campo, se me ocurrió este relato que me está dando bastantes satisfacciones al recibir comentarios como el tuyo.
Muchas gracias, enhorabuena por tu triunfo en REC y toda la suerte del mundo para esa final mensual.
Besote.
Parece absurdo pero… qué real puede ser todo.
Me alegro por el toro.
Es un relato de lo más simpático y ocurrente
Has dado en el clavo, Luisa, qué real puede ser todo. Muchas gracias por pasarte por aquí y dejarme tus amables palabras.
Un besazo.