57. La leyenda del sendero (Marta Navarro)
Hay en los bosques del norte un sendero donde las hadas bailan al llegar la primavera. Llena el ábrego de rumores las encinas, extrañas sombras fugaces atrapan los helechos y un raro embrujo todo lo inunda. Cuentan que en las noches de luna llena elfos y gnomos juegan entre remolinos de amapolas y violetas, espantan con sus travesuras al invierno y, a la luz de las estrellas, al verde del bosque cosen evocadoras fábulas y poemas. Trinan al amanecer tórtolas, vencejos y abubillas; entre flores y espigas revolotean bandadas de mariposas nuevas; aletean sobre el arroyo mil libélulas cantarinas y, al detener el vuelo las lechuzas, bajo su peso se quejan las ramas de las acacias viejas. De las profundidades del valle, al borde de aquel recóndito sendero de brezo y agua cada primavera con fuerza renacido, surge entonces una voz −érase una vez… muy suave y muy bajito apenas murmura− que de inmediato el viento acalla: <<shhh… silencio>>, desliza con cautela entre sus ráfagas, <<aún no desveles el secreto>>, <<shhhh….aguarda>>, <<esta noche, ten paciencia>>, promete impenetrable y misterioso <<shhh… confía… esta noche te cuento>>.
Muy dulce, imaginativo, poético. Te lleva a la ptimavera,a la fantasia a Las mil y una noches. Precioso.
Muchas gracias, Gema. Era un pequeño homenaje. Me alegro mucho de que te haya gustado.