74. PAZ GLAUCA
Veo el viento agitar los brazos de la encina; yazco boca arriba y las hojas cobran frenética vida yendo del Jade al olivino.
El sol incide en ellas, creando sombras chinescas; paso del sopor al frío y una extraña paz me invade; oigo pedir ayuda y no soy capaz de reaccionar.
Tengo el torso húmedo, viscoso… ¡mal día para montear!.
¿De dónde saldría aquella maldita bala?…¿ Quizás; del ánima acerada de algún compañero demasiado <<verde>>?.
Por no querer ocultar el barbour que me regalaste, no me puse el chaleco naranja; ¿cómo iba yo a querer ocultar, ninguno de aquellos tonos: enebro, musgo y salvia?.
Se me agolpan los recuerdos, de entre ellos; tu mirada esmeralda contemplandome con ternura. Ah…¿si pudiera estar ahora a tu lado?, cuantas cosas te diría; ¡pero estoy aquí!.
Tus ojos se me van figurando cetrinos, mientras una luz fulgente nace de ellos y me siento levitar, <<la mirada de mi Diosa me transporta>>.
¿Pudo haber sido diferente?, ¡¡Si!!; pero es la historia de siempre, no cae el Sol hacia el Este, abnegado voy hacia mi ultimo vahído.
¡¡Te quiero,!!.
¡Mal día para montear!..