81. Jueves de agua (Manoli VF)
Conocí a Ángeles en la escuela de música, mientras mi hija asistía a clases de piano. Parece que la estoy viendo, charlando de música y libros, detrás de su escritorio. La afición mutua a la lectura fue dando paso a otras confidencias.
Una tarde, mientras tomábamos té, me pidió que la ayudase a regar las plantas del jardín de la academia. Una vegetación inmensa, como una selva en miniatura, nos esperaba. Manguera en mano, Ángeles iba contándome anécdotas mientras regaba cada una de las plantas de las macetas y columpios colgantes. Nunca había visto tanto verde junto: verde en las hojas, verde en el té que tomábamos, verde en aquel jueves de abril. Verde en los ojos de Ángeles.
En aquel mismo jardín, otro jueves, me lo dijo:
-Padezco esclerosis múltiple. Voy a dejar la academia, no puedo seguir trabajando.
Nos vimos dos o tres veces más y, antes de mudarnos de ciudad, fui a tomar un último té a su casa. Montones de libros apilados a ambos lados del pasillo me hicieron recordar nuestras primeras charlas. Aún guardo su teléfono en la agenda. Muchos jueves, cuando llueve, pienso en llamarla.
Las costumbres arraigadas, asociadas a las personas, nunca se marchan del todo, por mucho que las circunstancias varíen y la distancia y el tiempo traten de socavar los recuerdos. Las personas van y vienen a nuestra vida, como nosotros a la suya, pero basta un elemento cotidiano como es un libro, el color verde de la vegetación o un jueves, para rememorar momentos que, aun pasados, siguen ahí, para recordarnos que somos la suma de muchas cosas, aunque no nos demos cuenta.
Un relato evocador y vital, no sé si con algo de autobiografía.
Un abrazo, Manoli. Suerte
Ángel, Ángel, casi no se qué responderte. Estoy de acuerdo, claro. Me costó escribir esta historia en doscientas palabras, porque había más y más anécdotas, pero insistí en un fragmento porque necesitaba contarla.
¿Autobiografía? Tú lo has percibido así y yo no lo niego.
Abrazo grande.
Manoli, bonita historia llena de nostalgia, evocando un pasado que sigue presente y que sale a flote esos jueves de lluvia.
Un abrazo
Muchos jueves, y muchas fechas, Blanca. Sí, la vida son recuerdos y nosotros estamos hechos de agua.
Me alegro que te gustase.
Un abrazo
En la vida existen muchos jueves de agua que nos ahogan, pero la lucha por la vida nos hace salir de nuevo a flote.
Un relato lleno de sentimientos, de amistad y de lluvia por dentro.
Te deseo mucha suerte en la vida y en el concurso.
Besos apretados.
Tú lo has dicho, Pilar, muchos jueves. La lucha por la vida, aunque llueva, nos mantiene en pie y nos permite apreciar ese rayo de sol cuando escampa.
Gracias por tus buenos deseos. Abrazo grande.