95. VERDES DONCELLAS (María Jesús Briones Arreba)
Olivia nació en un colchón de aceitunas recogidas por su madre cómo alimento de siete pequeños hijos precedentes. El padre sólo aportaba esperma a la familia.
Salada, de reflejos verdosos y tez aceitunada, Oli atraía a toda baba-oleosa de la comarca. Tanto fue lamida que terminó siendo un pringoso hueso. Una patada lo envío a las profundidades, incrustándose en la mina.
Cuenta la leyenda que allí surgió la esmeralda mejor programada para el billete dólar. Furtivamente, fue extraída por siete hermanos, enanos enfermizos de piel cetrina, y ofrecida a Blancanieves para así morder su encarnada manzana de hechizo letal.
Ecologistas en acción atribuyeron al hipnótico brillo starking, la contaminación de los cuerpos. Desde entonces, únicamente las verdes doncellas pueden ser fruto de consumo.
ESTE RELATO ESTÁ FUERA DE CONCURSO.
Nada se destruye, sino que se transforma. Por otro lado, las prácticas que se imponen tienen una historia detrás. Olivia y su piel de aceituna fue a parar a la tierra, para transformarse en esmeralda, que no sentó nada bien a Blancanieves, a raíz de lo cual se terminaron por imponer las manzanas verdes sobre las rojas, por vistosas que fueran.
Una escritura muy elaborada para describir un proceso de causa y efecto lleno de ingenio creativo.
Un abrazo, María Jesús
Muchas gracias por tu benévolo comentario.
Otro abrazo para ti, Ángel.
Combinas cuento, leyenda y elementos de realismo mágico para regalarnos un relato originalísimo. Enhorabuena, María Jesús. Un abrazo.