ABR.39. LO TRAJO LA LLUVIA, de Mari Carmen Brun
Lo trajo la lluvia. Por fin trajo la lluvia el aliento de vida que la tierra necesitaba.
Desde hacía mucho tiempo, un viento solano soplaba implacable, sembrando la desolación y la muerte.
La tierra, desesperada, se encontraba cada vez más resquebrajada y reseca, con enormes grietas cada día más profundas.
Los árboles estaban agostados, las plantas sin vida, todos clamaban al cielo por un poco de agua con que aliviar aquella agonía interminable.
Aquel día amaneció nublado, el solano se había calmado.
Pasado el mediodía, el cielo se cubrió de un manto de nubes negras.
Un zigzag centelleante, rompió el cielo en dos mitades y un trueno ensordecedor se expandió por todas partes, haciendo temblar a todo el orbe.
Una lluvia menuda y fina empezó a caer sobre la tierra y poco a poco se fue haciendo más intensa. Entonces, pequeños riachuelos fueron cubriendo sus grietas, las raíces empezaron a buscar el agua tan ansiada, las plantas se enderezaron lentamente y los árboles agradecían el agua que resbalaba por sus ramas.
Un manantial de esperanza y de vida se esparció por todas partes.