F21. LA LLAVE, de Zarzal
He cerrado la puerta con llave para que mi padre no pueda salir. La puerta de casa de mi padre. Ayer, en un descuido, apareció en el bosque, apoyado en un pino, perdido. Un vecino nos avisó, podía haberse caído, y fracturarse la otra cadera… Al verme, me miró como un chiquillo que, aprendiendo a caminar, ha visto alterada su valentía ante un percance y se alivia al regresar a la seguridad de papá. Pero el papá es él, no yo, y él no aprenderá a valerse por sí mismo con la progresión natural de un bebé; al contrario: la decadencia será irremisiblemente progresiva, se sentirá indefenso en el pinar que tanto disfrutaba.
Triste, pero real y muy bien contado.
Muy bonito y tierno. Aprender a cuidar a los mayores como ellos nos cuidaron a nosotros cuando eramos pequeños. De «Tejado».
Lindo, a pesar de todo.
Felicidades.