18. LA FLOR DEL DIABLO (MØDES)
No te acerques CÁLLATE
Eres una bestia NO, CARIÑO. YO SOY LA BESTIA
Llamaré a la policía SABES QUE NO LO HARÁS
Me haces daño ¡HE DICHO QUE TE CALLES, ZORRA!
Despertó aterrada.
Y, mientras recobraba la calma, asumió que algunos monstruos tienen los colmillos afilados y desgarran la yugular de tus recuerdos cuando estás desprevenida.
Después, mirando por la ventana del vagón que la alejaba del infierno, se preguntó en qué momento su vida rosa se tiñó de negro luto, en qué momento su marido le mostró la cara oculta de su luna, en qué momento las fuentes del Nilo que un día él le prometió, sólo existieron a la altura de sus ojos.
Entonces, un leve pálpito en su abdomen la hizo reaccionar.
Y con la intensidad de un Maelstrom, un estallido de certeza atravesó su alma.
Estaba embarazada. De una niña.
Y un segundo más tarde, mientras una galerna de emocionadas lágrimas iluminaba su rostro, pensó:
“Se llamará Rosa. Y juro que, desde niña, la enseñaré a usar sus espinas contra todos los malditos jardineros de este mundo”.
Duro y contundente, Modes. Las mayúsculas, muy gráficas, aunque quizá no hacían falta en un relato bien trenzado. Has armado muy bien a una protagonista que rezuma fuerza desde la primera palabra.
Un saludo.
Cuando se pasa del rosa al negro, es que hay que saber salir a tiempo, y la protagonista por fortuna lo ha sabido hacer, por ella y por su futura rosa, a quien enseñará que no deje que nadie la aplaste…
Muy efectivo el juego de mayúsculas y minúsculas, de paulatino acercamiento de lo que dicen los personajes, porque ilustra lo terrible de la situación de violencia en la pareja…
Muy buen micro, MODES… ¡Te felicito!
Mariángeles
Escapar del monstruo y del infierno y avanzar hacia la esperanza. Hace falta coraje para hacerlo. Durante mucho tiempo pervivirá el miedo, es el último resquicio que queda cuando se escoge el camino correcto. Todos tenemos dentro espinas, pero tu protagonista sabrá enseñar a la futura Rosa a utilizar las suyas solo contra quien debe.
Un relato sobre la superación, que también enseña que los demonios no se pueden rehabilitar.
Me gusta esa O nórdica, con rayita cruzada, que has adoptado.
Un abrazo y suerte, Modes.
Fuerte y duro, como siempre, pero, también como siempre, con la ternura asomando como esa flor que nace entre el fango. Siempre es bueno leerte, Modes.
Un inicio de relato contundente, con ese diálogo que pone los pelos de punta, y un giro hacia la esperanza en el final. Me gusta cuando sacas ese lado más optimista y tierno. Lástima que la esperanza sea enseñar a usar las espinas a esa niña que está por venir.
Suerte y abrazo.