701. EL PERSONAJE, de Muérdago
El bosque, ese espacio común en todas las mentes, infantiles y adultas, escenario de cuentos, de leyendas, se convirtió una vez mas en protagonista. Un protagonista con maravillosos y evocadores nombres, con historias mágicas o siniestras, con personajes reales o inventados.
Posiblemente el bosque sea un sinónimo de sentimientos, de recuerdos atávicos. El lugar donde cualquiera pueda vivir aventuras, ser libre, ser protagonista.
Es a la vez el refugio y el hábitat de la naturaleza en su más puro sentido, el de especies vegetales y animales, y también el de las personas que han contribuido a hacerlo y a mantenerlo.
Nunca debemos olvidar que desde el carbonero al leñador, desde el cazador hasta el pastor, han puesto su grano o su sudor para que siga vivo. Solo por eso, debiéramos entrar en el bosque como se entra en los cuentos y en los sueños, con la esperanza de un final feliz. O sea de un principio y un continuará.
Posiblemente el bosque sea un sinónimo de sentimientos, de recuerdos atávicos. El lugar donde cualquiera pueda vivir aventuras, ser libre, ser protagonista.
Es a la vez el refugio y el hábitat de la naturaleza en su más puro sentido, el de especies vegetales y animales, y también el de las personas que han contribuido a hacerlo y a mantenerlo.
Nunca debemos olvidar que desde el carbonero al leñador, desde el cazador hasta el pastor, han puesto su grano o su sudor para que siga vivo. Solo por eso, debiéramos entrar en el bosque como se entra en los cuentos y en los sueños, con la esperanza de un final feliz. O sea de un principio y un continuará.