49 Del ocaso al amanecer (Juana Mª Igarreta)
Hoy han vuelto a la casita de la playa. Las horas han pasado y, como olas en el mar del tiempo, han ido lamiendo las heridas y redondeando las cortantes aristas de la tristeza.
Mientras Nicolás se encarga del equipaje, Julia abre cortinas y ventanas, dando paso a la tenue luz del atardecer. Al contemplar el rosado horizonte, una sensación agridulce se adueña de ella; sabe que el día más luminoso puede ser absorbido por el vértigo de un aciago instante.
A la mañana siguiente, mientras el columpio mece su vacío, Nicolás contempla la piscina; para disipar la sombra que ha anidado en su fondo, necesitará mucha pintura y la luz de muchos soles.
Bajo el frondoso sauce, testigo callado de péndulas hojas, Julia teje con hebras de renovada esperanza una chaquetita de suave perlé rosa.
Pocas circunstancias deben de ser más tristes que la de perder un hijo, sobrevivir a aquel por quien se dio tanto, que en un instante todo se pierda. Reponerse de ello exige mucho tiempo, quizá nunca sea posible continuar sin esa sombra.
Tu pareja protagonista, pese a todo y cada uno a su manera, intentan buscar alicientes para proseguir, intentando que otra criaturita vuelva a formar parte de su núcleo familiar.
Un relato en el que los sentimientos chocan y se abre paso la esperanza, la necesidad de volver a renacer gracias a esa niña que esperan con ilusión, con un lenguaje muy cuidado, lleno de hermosas metáforas.
Un abrazo de verano, Juana. Suerte
Pues sí, solo la idea de perder un hijo ya duele. Precisamente se me ocurrió el relato porque todos los veranos hay algún caso de ahogamiento de algún niño. Ya sé que es un tema por desgracia muy manido, por eso he querido escoger un poco las palabras. Mil gracias por tu comentario, Ángel.
Un columpio vacío y una sombra en el fondo de una piscina expresan eso doloroso que, de tan doloroso, es inexpresable…
JUANA, el tuyo es un relato sencillamente conmovedor no sólo por lo perdido en su pasado sino aún más por lo que trae en su futuro… No me extenderé en la interpretación porque la mía es exactamente la que Ángel hace con su excelencia de siempre…
Verdaderamente me ha encantado…
Cariños,
Mariángeles
Sí, he intentado describir con imágenes potentes el dolor de la pérdida. También me apetecía poner esperanza como final. Muchas gracias por tus amables palabras, Mariángeles. Un beso desde Pamplona.
Me quedo con la frase de «Mientras el columpio mece su vacío». Creo que resume la vida anodina de la pareja, mientras una hebra de esperanza, se gesta.
Me ha gustado mucho la atmosfera y lenguaje que has creado .
Te felicito, Juana
Besito virtual
Me alegra haber acertado con el lenguaje escogido para conseguir la atmósfera adecuada. Muchísimas gracias, María Jesús. Otro beso para ti.
Has elegido un excelente título para resumir la ilusión de una pareja que lucha para paliar el pasado con la esperanza de un nuevo hijo. Muy bonito, Juana, y con el mismo buen sabor de boca que me dejaron tus margaritas, te deseo suerte y un abrazo.
La verdad es que en un principio pensé en titularlo «La casita de la playa», pero creo que este resume con doble significado lo relatado. Muchísimas gracias por tus palabras y buenos deseos. Otro abrazo para ti.
Hola, Juana.
Precioso relato, donde nos cuentas muy bien el tránsito de esta pareja de la pena a la esperanza.
Me gustó mucho esa «chaquetita de suave perlé rosa» con que rematas.
Suerte.
Muchas gracias por leer y comentar, Ton. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
Juana, un relato que avanza del ocaso al amanecer, de la pena a la esperanza, tejido con un lenguaje poético maravilloso. Es una historia preciosa, a pesar de toda la amargura que encierra.
Enhorabuena, te deseo mucha suerte.
Besos apretados.
La verdad es que muchas veces las historias más tristes son las más hermosas. Eso sí, para escucharlas, no para vivirlas en primera persona. Agradezco mucho tus generosas palabras, Pilar. Besos también para ti.
Poético relato sobre la tristeza de una pérdida terrible y también sobre la esperanza. Muestras los sentimientos y creas una atmósfera muy emotiva. Sugieres mucho porque no lo dices todo. Las imágenes son muy potentes y capturan al lector. Enhorabuena, Juana.
Un abrazo y suerte.
Celebro que te haya gustado tanto, Josep María. Mil gracias por pasarte y comentar tan amablemente. Un abrazo.
Consigues trasmitir los sentimientos de esa pareja a través de imágenes inanimadas: el columpio, la piscina, la chaquetita de perlé o el atardecer rosado nos sumergen en su estado de ánimo. Un relato muy triste y, al mismo tiempo, precioso.
Suerte y abrazo,
Mil gracias, Anna, por dejarme tus amables palabras. Me ilusiona mucho que te parezca precioso.