03. Caminando sobre el viento (Jesús García Caurel)
Toda su vida había trabajado de zapatero.
Había aprendido el oficio de su padre. Su pericia manejando el fleje y el martillo remendón no conocía igual. Era respetado y admirado por todos sus vecinos y compañeros de profesión.
Pero siempre tenía un aire de tristeza en su cara. Nunca había podido lograr su mayor ilusión.
Fabricar unas botas que pudieran hacerle volar.
Su mujer le animaba todos los días. No sabía que hubiera sido de su vida sin ella. Probablemente se hubiera rendido hace tiempo.
Siguió insistiendo, hasta que un soleado día de Mayo, por fin lo consiguió. Su mujer le dedicó la más dulce de sus sonrisas, y el por fin se sintió feliz. Hoy era el día. Iba a cumplirse su sueño.
Subió al tejado del edificio y se calzó las botas marrones que llevaba tanto tiempo perfeccionando. Se asomó a la calle y saltó…
Y por fin pudo volar, y sentir el viento en su cara…
Ese día nadie fue a poner flores en la tumba de su mujer, cómo venía haciendo desde hacía seis años sin fallar una sola vez, cuándo el temible azote de los tiempos modernos le había apartado de su lado…
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Hola. Me ha gustado tu relato, con ese zapatero empeñado en volar para, según creo entender, reencontrarse cuanto antes con su esposa que era la que lo animaba en su vida de rutinas. Sin embargo, el final no lo pillo. Lo del azote de los tiempos modernos, me ha dejado un poco pensativa y no acabo de entender muy bien qué quieres decir con eso. En mi opinión has relatado muy bien el micro, pero has precipitado el final, como se precipitó tu zapatero. En mi modesta opinión.
Saludos.
Muchísimas gracias por tu opinión. Con el azote de los tiempos modernos me puedo referir al cáncer o al sida, lo dejo a elección. Efectivamente, ya me dí cuenta de que el final estaba pillado por los pelos, pero una vez que lo publiqué decidí dejarlo así. Tu opinión no es modesta, es muy buena , y muy a tener en cuenta para alguien que está empezando en esto.
Muchas gracias y suerte.
Cualquier crítica (por dura que sea), que me ayude a mejorar es bien recibida…
Gracias Jesús, aquí estamos. Feliz día.
Si lo he entendido bien, el pobre zapatero a tales horas está volando para reencontrarse con su amada esposa, fallecida hace tiempo. Me ha gustado el contraste entre la suavidad naíf del relato y el crudo “zapatazo” final.
Gracias por tu opinión. Un abrazo
Buenísimo y estremecedor escrito. Me ha encantado y transportado a lo más profundo de mi ser y por unos instantes he sentido la sensación de volar pero como decía Calderón de la Barca: la vida es sueño y los sueños, sueños son. Muchas gracias.