622. SACUDIENDO EL YUGO, de Insecto Palo
Hoy quiero caminar despacio, tranquilo, oyendo crujir las secas hojas caducas bajo mis escariosos zapatos. Cruzar sinuoso la senda de los inmensurables fresnos. Contemplar algodonales nubes con sus ligeros destinos, rozados con puntiaguda rama de blanco chopo; desvanecidos vuelos y voluptuosas sombras errantes por un río estático. Hoy, todo naufraga lento por la singladura del recuerdo; incluso mis espantadizos pasos dejando lejos los pueriles miedos. Mis ojos se pierden con la pureza de un ornamentado camino verde sin retorno, vivificando entre huellas otra semilla esperanzada con los deseos más abiertos. Eres, tan cierto y claro, tan recalcitrantemente mío y tan de todos, – bosque amigo -, que lloro de alegría cuando abrazo tu corazón noctámbulo de murmullos compartidos. Contigo avanzo por la vida desde tus sonoros troncos. Por ti arranqué pétalos al pasado que entre besos a mi amada le fuiste dando. Como generatriz de un telón de colmenas y nidales, aprendí melodiosos cánticos. Porque me devuelves al lugar mágico de los sueños. Y antes de dormir la noche me acuna secretas lunas y reflejos. Sacudiendo este yunque que late acompasado de sollozos.