618. EN EL BOSQUE, de Lechuza 2
Ernesto tumbado en su cama, mientras dormitaba escuchó una débil voz que le decía —– No sufras, los recuerdos son eslabones del pasado—-.
Despierta sobresaltado preguntándose —-¿Quién me habla? , un hada, un ángel o son mis propios pensamientos, los mismos que no dejan de recordarme a esa mujer que fue el amor de mi vida.
Desorientado, tratando de eliminar ese malestar, sale a caminar, internándose en el bosque lindante a su casa.
El frescor de la noche acaricia su rostro, entre cañaverales, trepadoras, lianas y arbustos, en su andar se cruza con escurridizas ratas, con el vuelo de los murciélagos, mientras los búhos escudriñan el lugar desde las ramas de los árboles buscando su presa.
De pronto entre la arboleda aparecen algunos personajes desconocidos —– Somos los duendes del amor, sabemos que estas sufriendo —- le dijeron a modo de saludo——-¿Hay algún lugar donde van los amores perdidos?—- pregunté, —– yo perdí el mío, ¡quiero recuperarlo!.
—–Todos en algún momento perdimos un amor—– acotó otro —–Deja que los recuerdos cumplan su ciclo, así tu vida vibrará con un nuevo amor.
Resignado, se aleja con la esperanza de un futuro mejor.