611. Y UNA FONTA FLUÍA DENTRO DE MI CORAZÓN, de Jacinto
La puerta de la Sala de Espera se abrió. “Álvarez” y un anciano con paso cansino se dirigió donde estaba la enfermera.
La Sala de Espera estaba repleta de personas de edad muy avanzada, salvo un joven bien vestido que destacaba en aquel lugar. La señora de su lado le preguntó directamente qué le pasaba. Era vieja y no tenía tiempo ni vergüenza que perder. El joven respondió que era Visitador Médico. La señora sin contemplaciones murmuró, otro vendedor de matarratas y siguió con sus quejas y dolores.
El joven se puso en pie y con una voz suave que hacía que todos se callasen para escucharle, les habló:
Vengo de un bosque de hadas en el que hay una fontana llena de vida y esperanza. Quería ofrecérsela al doctor pero pienso que ustedes la necesitan más que él. No tienen obligación de tomarla. Si quieren acérquense y beban. Y uno a uno se iban acercando en silencio e iban saliendo más erguidos, más rectos, menos encorvados, con una sonrisa de felicidad, tirando en la puerta antes de irse las muletas, bastones y sillas de ruedas. Cruzaron la puerta y corrieron con todas las fuerzas de sus veinte años…
Precioso relato. Extraordinario!
Me encantaría que fuera seleccionado.
Suerte, amigo.
Es tan bonito que si me gustaría verlo en cualquier lugar publicado, incluso aquí mismo. Gracias, Jacinto.
A mi además de verlo publicado, me gustaría que fuese verdad e ir por todas las salas de espera repartiendo vida .
Muy bien, ese joven tenía en su poder la fuente eterna de la juventud. ¿quien la pillara ahora? jajajaja
Los sueños a veces se cumplen. Es chulo!
Nuria Estaper Diaz Un relato precioso, casi poético, diria. Me ha encantado. Si alguien puede comentar en el propio blog, que se lo deje dicho al autor de mi parte, porque a mi no me deja
Comentario de parte de Nuria Estarper Diaz, qué parece no puede dejar su comentario así que, lo dejo yo por ella.
Un hermoso cuento lleno de vida y esperanza.