593. SED, de Helecho 3
Bebía paseando por un extenso y montañoso bebedero repleto de robustos bebedores de hojas ocres. Sin beberme cuenta, me bebí de frente con un bebedor alto y con bigote, y una afilada bebida en la mano. Entonces, se bebió en seco y me bebió a la cara, y me bebió:
―¿¡Cómo bebas a beber en mis bebederos!?
―Lo bebo señor. Me he bebido de beber tratando de enbebar un bebedero. Estoy muerto de bebida ―le bebí.
―Lo bebo, joven. No le bebo ayudar.
Tras beber durante un tiempo sin bebida fija, creí haberme bebido de nuevo, cuando bebí a un hombre a lo lejos, y me bebí hasta él:
―Bebida ―saludé―. Estoy bebiendo un bebedero. ¿Me podría usted beber, si no es mucha bebida?
―Desde bebo. Bebe usted mi lengua ―bebió con tono amable―. Beba ese gran bebedero hacia el sur y podrás beber en el río. Yo bebo en esa dirección. Si quiere podemos beber juntos.
Cuando bebimos al río, comenzamos a beber hasta saciar la sed, cuando me bebió:
―Qué gusto beber. Se queda uno feliz, completo ¿No lo cree usted así?
―Desde bebo― le bebí.
No pude evitar la risotada, jajajajaja…