563. EL BOSQUE DE LOS SUEÑOS, de Flores
Anoche soñé con el bosque de sueños.
¡Era hermoso! con cientos de árboles mágicos; de las ramas de uno colgaban libros con maravillosas historias; había otro del que colgaban estrellas pero el más grande y más hermoso era un grandísimo abedul, en cada rama había atada una cuerda y al final de esta un papel brillante que se movía con el viento, parecían centellear y con cada reflejo parecían llamarme, corrí hacia él y al intentar tocarlos un hada salió de las ramas más altas. Revoloteaba a mi alrededor y sus alas desprendía un olor maravilloso.
– Soy la guardiana de los deseos de este viejo abedul del bosque de los sueños. Cada papel es un deseo de alguien de corazón puro y si brillan es que han sido concedidos, en unos días caerán al suelo y surgirán nuevos árboles mágicos.
– ¿Quieres tu pedir uno?
– Es que no se si tengo puro el corazón, titubee.
– inténtalo y ya veremos.
Tomé uno de aquellos brillantes papelitos que el hada me dio y con una rama que desprendía savia lo escribí.
Desperté sin saber si brillaba mi deseo pero recordaba perfectamente cual había pedido.
« tener el corazón puro»
¡Era hermoso! con cientos de árboles mágicos; de las ramas de uno colgaban libros con maravillosas historias; había otro del que colgaban estrellas pero el más grande y más hermoso era un grandísimo abedul, en cada rama había atada una cuerda y al final de esta un papel brillante que se movía con el viento, parecían centellear y con cada reflejo parecían llamarme, corrí hacia él y al intentar tocarlos un hada salió de las ramas más altas. Revoloteaba a mi alrededor y sus alas desprendía un olor maravilloso.
– Soy la guardiana de los deseos de este viejo abedul del bosque de los sueños. Cada papel es un deseo de alguien de corazón puro y si brillan es que han sido concedidos, en unos días caerán al suelo y surgirán nuevos árboles mágicos.
– ¿Quieres tu pedir uno?
– Es que no se si tengo puro el corazón, titubee.
– inténtalo y ya veremos.
Tomé uno de aquellos brillantes papelitos que el hada me dio y con una rama que desprendía savia lo escribí.
Desperté sin saber si brillaba mi deseo pero recordaba perfectamente cual había pedido.
« tener el corazón puro»
En la inocencia está la verdadera pureza, seguro que, la propia autora, tiene, aparte del corazón, el alma blanca y pura, genio y vida de esa pureza.
Sin palabras!. Mira que si luego después de lo que escribes nos sales una arpía, te mato, voy y te mato, ciberneticamente hablando, claro. (No si encima me meten a juicio por amenazas, jjejjjjje)
Pues yo te digo y creo que no me confundo, que tu deseo si brilla colgado en el árbol de los deseos . Me ha encantado es precioso !!! FELICIDADES Y SUERTE !!!
Precioso y hermoso!!! y yo te aseguro que tu deseo se te ha concedido! Así que Arturo no tendrá que matarte cibernéticamente hablando, jajaajaja… Me ha encantado.