560. NO SE ESTÁ MAL, de Dedalera
No llevo la cuenta de los días porque al principio pensé que esto no duraría mucho. Mal pensado. La parte más fría del año estaba terminando cuando me desorienté en el bosque, y ahora parece que de nuevo está comenzando el frío, así que imagino que ya hace bastantes meses desde que me perdí.
Había oído que el bosque era enorme, que era fácil desorientarse en él, pero creí que era una exageración. Recuerdo haber pensado que alguien como yo, que estuve en un grupo de scouts hasta los trece años, sería perfectamente capaz de pasear por aquí sin ningún problema. Supongo que me equivoqué. El caso es que me perdí. Durante días intenté encontrar desesperadamente la salida, la vuelta al mundo civilizado. Pensé que me encontrarían. Pero el tiempo fue pasando y poco a poco, por necesidad, aprendí lo que se podía comer y lo que no y hallé lugares para resguardarme del frío y del calor.
Todos los días imagino que encontraré el límite del bosque y conseguiré volver a casa. Recuerdo a mi familia: mis padres, mis hermanos, sobre todo mi marido… Entonces, pienso que al fin y al cabo aquí no se está tan mal.