484. BOSQUES SECRETOS, de Cala
Doy romeros salseros, agapantos y rosas. Ofrezco periplos, frescor, texturas y fragancias naturales; perfumo diariamente.
En otoño, y primavera… suelo ser bosque de hiedra, acero y madera. Atraigo al placer de mis paseos. Destilo olor de hojas trepadoras; soy plasticidad, formas, color, agua y cauce.
Ofrezco lo sencillo, lo fascinante lo espectacular. Soy Bosque Secreto. Mis caminos, en su entorno ambiental; observan la red de otros senderos. Sus veredas, brindan bancos cuadrados, cielo azul, nubes ovales, de blanco algodón deshilachado.
Siendo yo, naturaleza inquieta, siento inclinación hacia las elegantes formas del Árbol de Júpiter. Soy testigo de conversaciones, maneras de disfrutar el mundo, del torrente de unos ojos, de la boca que sabe contar lo que se necesita oír, de secretos, piropos… Atraigo y me atraen.
Sois dichosos, más bellos; bajo la sombra de mi floresta. La soledad que airea mis jardines no es soledad retenida, abre puertas y ventanas. Os proporciona sensaciones y espiritualidad; serenidad a los sentidos. Convivencia, luz, color, silencio, atmósfera… Deseos de sentir lo radiante, junto a la calidez del sol.
Relaja mi mirador, provoca silenciosos besos sobre la piel amada, alegres abrazos en su cuerpo, y leves roces en su mano templada…
En otoño, y primavera… suelo ser bosque de hiedra, acero y madera. Atraigo al placer de mis paseos. Destilo olor de hojas trepadoras; soy plasticidad, formas, color, agua y cauce.
Ofrezco lo sencillo, lo fascinante lo espectacular. Soy Bosque Secreto. Mis caminos, en su entorno ambiental; observan la red de otros senderos. Sus veredas, brindan bancos cuadrados, cielo azul, nubes ovales, de blanco algodón deshilachado.
Siendo yo, naturaleza inquieta, siento inclinación hacia las elegantes formas del Árbol de Júpiter. Soy testigo de conversaciones, maneras de disfrutar el mundo, del torrente de unos ojos, de la boca que sabe contar lo que se necesita oír, de secretos, piropos… Atraigo y me atraen.
Sois dichosos, más bellos; bajo la sombra de mi floresta. La soledad que airea mis jardines no es soledad retenida, abre puertas y ventanas. Os proporciona sensaciones y espiritualidad; serenidad a los sentidos. Convivencia, luz, color, silencio, atmósfera… Deseos de sentir lo radiante, junto a la calidez del sol.
Relaja mi mirador, provoca silenciosos besos sobre la piel amada, alegres abrazos en su cuerpo, y leves roces en su mano templada…
Inspirado.