479. MI ÚLTIMO AMOR, de Seta 3
Tatiana, mi último amor, era urbanita. ¿Cómo era posible que habiéndole dicho que iríamos a buscar Tricholoma georgii entre espinos y madroños llegara tan sensual y excitante? Sus medias de seda me pusieron cachondo y, preso de un ataque de ardor, la eché sobre aquella pradera de hierba fresca y deslicé sus medias con el impulso del deseo. Una carrera corrió por su entrepierna en el momento en que yo…. Se puso echa un basilisco: no precisamente como el reptil saurio con espina dorsal sino de muy mala leche. Luego, le enseñé los corros de brujas en los que salían abundantes setas que había jurado a mi padre no mostrar a nadie.
Nuestra relación se acabó por culpa de las malditas medias. Pero, por desgracia, no puedo olvidarla porque todas las primaveras, para San Jorge, regresa a los corros de brujas y con la cesta llena se marcha contenta aun con las medias hechas girones.