NOV52. ENCONTRAR LAS PALABRAS, de Mar González Mena
Cada noche sueña con ella. Le gusta su risa, el tacto suave de sus manos, la forma en la que el viento le alborota la melena. Nunca hablan. Nunca le dice nada porque no encuentra las palabras adecuadas. Siempre se arrepiente, mientras la ve alejarse.
Cada día, al abrir los ojos, la mira pero no la reconoce. No es por las arrugas que enmarcan su sonrisa, ni por el temblor de sus manos, ni por el moño en el que recoge su cabello. Nunca hablan. Nunca le dice nada porque no encuentra las palabras.
Hoy ha decidido no volver a arrepentirse del silencio. Con un gesto le indica que se acerque. Carraspea.
– Daca chone ñosue goticon. Em tagus ut sari, le totac vesua ed sut nomas, al mafor ne al que le tovien et taroboal al naleme. Et roquie.
Ella le deja hablar y, después, le besa.
Hay veces que no hace falta decir nada. Me gustó.
Mar, tiene un sabor a ternura que gusta. Suerte y saludos
Siempre nos quedará la duda…
¡Lástima no saber idiomas!
Suerte y Abrazos
Bonita y tierna historia. Suerte. Nuria
Mar, me ha gustado. Saludos y suerte.
Ainssss qué tierno!!! Suerte Mar.
Besos desde el aire
Mar, me ha gustado mucho.
Hasta parecía entender el lenguaje…
Suerte.
Besos.
El mensaje me gustó y es lo que cuenta. Seguro le entendió sin falta, el beso lo dice todo.
Un abrazo.
Muy ingeniosa la declaración de amor, con palabras que tienen las sílabas (o letras en las monosílabas) cambiadas de sitio y repitiendo el personaje, a su difícil manera, lo mismo que recita en sueños:
«Cada noche sueño contigo. Me gusta tu risa, el tacto suave de tus manos, la forma en la que el viento te alborota la melena. Te quiero».
Quiero creer que ella, comprendiendo el mensaje, le contestó: «Oy bientam et roquie». Y que él, sin duda, la entendió.
Mucha suerte, saludos.
Eres una artista de las cercanías y de los pequeños momentos emotivos, Mar. No me extraña que tus textos conmuevan y triunfen.
Un abrazo.
Joder, Mar, qué relato más emotivo y más bien escrito! Me gustó!
Un saludo! 😉
Un momento de ternura convertido en relato. Qué pena que algunas cosas haya que decirlas del revés para que se entiendan aunque más triste es no decirlas nunca. Que no se pierdan las palabras Puck,