65. Los autobuses de Mery Weii
Mery Weii, coleccionaba autobuses de juguete, pero no le valía cualquiera. Tenían que ser rojos y de dos pisos, como los autobuses turísticos de Londres o cualquier otra ciudad.
Se imaginaba que se montaba en ellos y bailaba entre la multitud de pasajeros que había, que la dedicaban toda su atención y no se bajaban hasta que no terminaba.
Cuanto más desgastados estaban, más la gustaban, así podía realizar más viajes bailando.
Los coleccionaba cuando me mudé de ciudad, hace ya veinte años. Ahora ocupan casi cuatro baldas de una habitación.
Pero ya no es capaz de subirse a la cabina y bailar como lo hacía antes.
Quiero ayudar
En mi casa estoy confinado, intentando hacer algo por los demás. Antes de la alarma, me hice voluntario de una ONG y ahora, intento colaborar con ella por Internet y teléfono. Necesito ser solidario porque juntos somos más fuertes y porque quiero ayudar. Abro el ordenador y me llega un mensaje de dicha organización. Me pide ayuda urgente: se ha muerto su coordinador y no encuentran substituto. No sé qué hacer: demasiada responsabilidad. Esa noche, duermo mal, dando vueltas al tema. Me despierto resoluto a lanzarme al reto. Abro el PC. Nuevo mensaje. Me vengo abajo: la asociación ha cerrado…
Buenos días Iñaki, este relato lo tienes que publicar en la sección de ENTcerrados, en la página principal a la derecha está el enlace.
Una idea muy original, María. Una colección de autobuses rojos y sueños de una bailarina, y luego nos das un pellizquito en el corazón con el final. Suerte y muchas gracias por compartirlo.