Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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66. Recuerdos sellados (Pablo Núñez)

Mi padre me regaló una pluma en mi catorce cumpleaños. Me sorprendió, porque yo nunca había mostrado interés por ninguna. A mí lo que me entusiasmaba era jugar a las canicas. Tenía un saquito lleno. Las que más me gustaban las guardaba en una caja para no perderlas en una mala partida.
Cuando cogí aquella pluma dorada, hizo que la estrenase. Me dictó una carta llena de amor. Al terminarla, la repasó con los ojos entornados. Me pregunto qué observaría, pues no sabía leer. Quizá si la letra estaba a la altura de las circunstancias. Luego la metió en un sobre celeste y me entregó una moneda para que comprase un sello y la echara al buzón. Desde entonces, aquello se fue repitiendo una y otra vez. Nunca cambiaba nada. De tanto escucharlas, aprendí de memoria cada una de las palabras y las iba plasmando en el papel antes de que salieran de su boca. Hasta el día de su muerte me dictó doscientas ochenta veces las mismas frases dedicadas a mi madre, que llevaba doce años bajo tierra.
Lo echo de menos y, cuando quiero recordarlo, abro mi caja de canicas y miro mi colección de doscientos ochenta sellos.

20 Responses

    1. Pablo Núñez

      María José, gusta mucho cómo defines la historia: sencilla y tierna. ¡Qué lujo tener lectoras como tú!
      Gracias por la visita. ?

    1. Pablo Núñez

      Honores recibido. ¿Qué mejor que recibir la visita de un Enteciano de Honor?
      Me alegra muchísimo que te haya parecido chulo este relato. Ya con eso me vale la pena haberlo escrito.
      Abrazo, Rafa.

    1. Pablo Núñez

      Hola, Alfonso. Muy buena síntesis la tuya. Un relato con tres personajes, cada uno presente a su manera.
      Muchísimas gracias por tus palabras y por pasarte por aquí.
      Abrazote.

  1. Ángel Saiz Mora

    La escritura es algo terapéutico en muchas ocasiones, no solo para quien lee, también y sobre todo, para el escritor. Quien pone en palabras, aunque sea, como en este caso, a través de otra persona, sus sentimientos, su sinceridad, lo que necesita decir, evita guardar dentro algo que solo le haría daño. Este padre conocía de sobra que sus cartas nunca llegarían a destino, en lo que al servicio de Correos se refiere, pero el solo hecho de dictarlas crearía, con seguridad, una conexión con la destinataria, con la que, a la postre, volvió a encontrarse. Su hijo le siguió la corriente, como no podía ser de otra forma, con el respeto que merecía.
    Sencillez, comprensión, amor, humanidad, todo eso tiene esta excelente historia, que conmueve y alegra el corazón, aunque pueda parecer triste.
    Un abrazo grande, Pablo. Suerte

    1. Pablo Núñez

      Ángel, también es terapéutico recibir comentarios como el tuyo. Eres muy generoso. Analizas el relato, sacas las tripas de lo que hay metido entre las palabras visibles y las muestras con gran cariño y respeto. Este análisis tuyo enriquece mi humilde relato. Y esto lo haces con cada relato de las personas que publican por aquí. Eres uno de los tesoros más preciados de esta página, sin duda un Enteciano de Honor con Mayúsculas.
      Gracias por todo lo que nos das. Muy contento de leerte.
      Abrazo fuerte.

    1. Pablo Núñez

      Muchas gracias por tus palabras Alberto. Suponen mucho para mí cada una de ellas. Que te haya gustado y ese análisis tan generoso ya es un premio.
      Un abrazo fuerte.

  2. Pablo Cavero

    Una historia llena de emociones y sentimientos, narrada e hilada a la perfección. Felicidades, tocayo. Gran trabajo. Un abrazote y mucha suerte.

    1. Pablo Núñez

      Muy buenas, tocayo. Lo primero, darte las gracias y la enhorabuena por esa iniciativa que has tenido en Facebook para difundir el microrrelato. Me parece brillante.
      En cuanto a lo que me pones por aquí, cómo puedes imaginar me alegra un montón leer lo que te ha parecido este relato, y más porque tengo en muy alta estima cada uno de tus comentarios, ya sean a mí o a cualquiera que deje por aquí un relato.
      Un placer y un regalo que hayas pasado por aquí.
      Un abrazo.

  3. Preciosa historia, Pablo, y muy bien tejida: desde ese primer detalle del regalo de una pluma, que en nada interesa al niño, hasta el final, donde ya adulto nos muestra como ha cambiado, como ha madurado (el niño que coleccionaba canicas observa ahora una nueva colección, de sellos, y con ellos un aprendizaje vital).
    Enhorabuena. Mucha suerte y un abrazo,

    1. Pablo Núñez

      Anna, muchas gracias por tus palabras. Has captado muy bien el trasfondo del relato, ese niño que antes de que le regalen la pluma solo piensa en jugar con sus canicas y cuando empieza a ayudar a su padre madura de golpe hasta el final.
      Es un verdadero placer leerte por aquí.
      Un beso bien grande.

    1. Pablo Núñez

      Muchísimas gracias, Alberto. La suerte ya la tengo al ver que os paráis a leer y tenéis la amabilidad de dejar vuestros comentarios. Me alegro de que te haya gustado esta historia sellada.
      Un abrazo.

  4. Tienes un don especial Pablo, tu manera de explicar historias nos llega a todos. El final de esta, en concreto, enternece al lector, pero sobre todo le hace conocedor de la mayor virtud que puede tener una persona, la humildad. El sacrifio, el saber callar por no herir, cuando la verdad es innecesaria. Enhorabuena Pablo, un relato redondo que estoy segura tendrá suerte. Muchos besos.

    1. Pablo Núñez

      Muchísimas gracias por dejarme tan generosas palabras, Bea. Siempre pienso que lo más gratificante de esto de escribir es poder llegar al lector y no sabes lo que me alegra el leer lo que me dices.
      Muchísimas gracias. La suerte ya la tengo teniendo gente como tú pasándose por mis historias.
      Un besazo.

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