345. PROFECÍA, de Nogal 2
Se deslizó entre las sombras dejando atrás el sagrado oráculo. Sigiloso y absorto, con el ondular de su elegante atavío serpenteó las enigmáticas y apretadas columnas de nogales, hayas y castaños que se alzaban, como misteriosos pilares, envueltas en una estremecedora penumbra. Solo el crujir de los escurridizos pasos se agigantaba en el silencio del bosque cuando su fino ropaje cayó sobre la hojarasca dejando al descubierto su esmirriada figura. Una escalofriante y álgida sensación lo invalidó; apenas atinó a arrastrar aquella desnudez al compás de frenéticos jadeos mientras sus desorbitadas pupilas clamaban por piedad. Mas un gutural alarido atronó la noche. Preso del dolor pretendió, en vano, erguir la enjuta y desgarrada espalda tras advertir dos voluminosas protuberancias. El horror obnubilaba sus sentidos pero un incontrolable impulso lo conducía hacia el Templo. Con inconmensurable esfuerzo fue atravesando el último tramo que lo condujo hasta la torre y, aunque exhausto, trepó enajenado por la balaustrada. Al llegar a las alturas, diabólicos ojos lo observaban inmóviles; tembló sin cesar entretanto su cuerpo experimentaba el efecto de la pétrea y mísera deformidad.
Recién allí, rendido y perplejo, se agazapó junto a las gárgolas y acató finalmente la devastadora predicción…
¡ Tétrico!!…
me gusto muchísimo, tanto el cuento en sí con esta transformación en gárgola que la descripción de los arboles del bosque tales misteriosos pilares
Muchas gracias, kistila!!! Aparte de inspirarme en el bosque, también lo hice en los templos y castillos de la zona que datan de la época medieval. Conservan un halo de misterio… Un afectuoso saludo y muchas gracias por tus palabras!!!