311. PIEDRAS, de Buho
Me encuentro en el suelo, después de haberme golpeado con alguno de los troncos que me observan desde sus copas. Soy pequeña ante la grandiosidad del bosque. Alguien me arrojó aquí. Estoy aturdida, como fuera de lugar. Recuerdo que antes de ser lanzada, me encontraba en un camino, esperando a que algo ocurra. Y ha pasado. Me acompañan en el suelo, hojas marrones, restos de piñas, cortezas, ramas rotas y alguna que otra piedra que desconozco. Varías rocas, con musgo y hierba, parten el suelo, junto con las salientes raíces de los árboles más viejos. Mi redondeado cuerpo protege la huella de algún pequeño animal. Desconozco la fauna de este lugar. Estoy perdida. En mi camino no era así, ya que conocía lo que me encontraría en él. Aquí he de comenzar de nuevo y eso siempre nos cuesta. Acostumbradas a ser transportadas en cualquier bolsillo o bolsa. A ser lanzadas y abandonadas en cualquier lugar, llegar a un sitio nuevo nos ha dificultado la integración. Siempre hemos cantado, ya que se notaba que no pertenecíamos a ese lugar. Como me pasa ahora. Yo no pertenezco al bosque, sino a las piedras del camino que llevan a él.
La humilde piedra que cantaba León Felipe.
Pequeña, pero con su cometido.Tu punto de vista es original, y a la vez recreas un gran mundo vegetal, animal y mineral. Felicidades.