196. QUE AL OÍDO ES MUCHO MEJOR, de Cuervobalboa
Los de uniforme de piel también somos raíces, no solo los árboles, esta es nuestra jungla, nunca salimos; y a pesar de SABER que es nuestro único lugar, la matamos lentamente como buen asesino, así como me enseño Jack el Destripador.
Quién diría que los pulmones del mundo son los árboles…, parece que es un mito urbano, pero es un hecho irrefutable; son la representación de los sabios en La Tierra, son la tan deseada experiencia, el espejo del tiempo corriendo sin piedad y con él el miedo desapareciendo, las arrugas que muestran que hubo un pasado, tantas cicatrices, -devoradoras de futuro-, y una vez más no nos interesa, nos olvidamos, así como cuando miras una foto con tu “onda”, cargadito de sueños y con ganas de comerte el mundo pedacito a pedacito… pero, miras el presente y te acuerdas que te vio el veneno y eres el hombre de traje que odia los trajes y se come petróleo a cucharadas gigantes, te convertiste en ese otro que crearon para ti y te abandonaste.
Y, en esta madrugada con tanto silencio, caminando directo hacia el alba, me paralizo al ver tanto verde Máma Tierra. -Ha sido sintética-.