167. ENTRE LOS ÁRBOLES, de Palosanto
Rogelio Gómez, ultimó a su cuñado en medio de una discusión de familia, por este delito fue confinado durante veinte años e ignorado por todos.
Ayer recupero su libertad y deambuló sin rumbo.
Atardecía cuando se abalanzo con saña sobre un joven, completo su faena sanguinaria y luego escudriño en sus bolsillos con avidez. Con eso de poco valor que saca del caído compro una botella de coñac y se embriagó. Un par de horas después y todavía bastante mareado se dirigió hacia la espesura del bosque donde se hallaba el antiguo hogar de sus padres y al llegar se encontró con la noticia que alguien había asesinado a su hermano menor para arrebatarle unas pocas monedas. Al ver las fotos del muchacho en la pared supo quién era el criminal y debió pensar –¡Qué ironía! ¡Primero mate para salvarlo y ahora le quite la vida!
Porque salió huyendo hacia la espesura y con el cinto que sacara del finado se ahorcó.