JORNADA 5. ENCUENTRO 3. CATALUÑA / MADRID B
Encuentro 3:
CATALUÑA
Ignacio J. Borraz, Beatriz Díaz, M.Carme Marí, Raúl Gómez, Carles Quilez
MADRID B
Paloma Hidalgo, Patricia Collazo, Manuel Montesinos, Asunción Buendía, Susana García
Cada uno de los equipos aquí señalados tendrá que publicar en el espacio reservado a los comentarios de esta entrada del blog, un relato INÉDITO de un máximo de 180 palabras (sin contar el título) antes de las 20 horas (hora local española) del DOMINGO 9 DE AGOSTO cumpliendo las siguientes condiciones:
CONDICION 1: ESCRIBIMOS CON CHEJOV
El relato, deberá desarrollar, añadiendo o sugiriendo más información, al argumento inédito que Chejov dejó entre sus notas de trabajo: “Un hombre, en Montecarlo, va al casino, gana un millón, vuelve a casa, se suicida”. Puede ser la idea principal o formar parte de otra, pero todos los elementos básicos de estas notas (hombre, casino, el millón, su casa y el suicidio) deberán aparecer explicitos o sugeridos.
CONDICIÓN 2: UN TITULO DIGNO DE CHEJOV
El título del relato deberá extraerse de alguno de los cuentos y relatos escritos por Chejov. En ESTE ENLACE podéis encontrar cerca de 200 donde elegir. Tendrá que ser literal.
PUNTO EXTRA: LA DAMA … Y EL CABALLERO
Esta posibilidad extra y voluntaria será para obtener un punto más que será valorado por una VOTACIÓN POPULAR en el caso de que ambos se presenten.
La fama del relato “La dama del perrito” es universal (… con su pelo rubio, su boina y su perrito blanco de Pomerania corretenado delante de ella) así que vamos a dar una vuelta completa a la imaginería del relato y os pronemos que en vuestro relato aparezcan, principalmente, dos personajes: un “caballero”, o sea, un hombre, y … su gato.
Solo podréis usar un máximo de 100 palabras.
Tendréis que publicarlo como un comentario diferente al relato oficial del encuentro especificando la palabra EXTRA con el nombre de vuestro equipo entre parentesis antes del título. Cuando ambos equipos lo hayáis publicado, abriremos una votacion popular mediante un formulario en el que podrán votar todos los usuarios de ENTC (participantes en la LEMCA o no) salvo los jugadores implicados en este encuentro. La votación permanecerá abierta hasta el 10 DE AGOSTO.
El PUNTO EXTRA será para la presentación que obtenga un mayor número de votos.
Para publicar el relato o el texto del punto extra podéis usar el usuario de cualquiera de los componentes del equipo, pero lo distinguiréis poniendo el nombre de vuestro equipo entre parentesis antes del título.
Consultadnos cualquier duda. Hay tiempo.
Revisad bien el texto antes de publicarlo porque, una vez hecho, no habrá posibilidad de corregir ni reeditar.
El resultado de este encuentro se hará público en una entrada general de la sección ENoTiCias.
(MADRID B)
Un caso profesional
El inspector fue el único que lo vio precipitarse al vacío. Le interesaron su uniforme, propio del casino de Montecarlo y los billetes que, tintados de sangre, se desbordaban por los bolsillos.
Escudriñó los alrededores y al no ver a nadie, se animó a subir a la última planta del hotel.
Le sorprendió bastante encontrar una nota de suicidio en la mesa. No tanto escuchar, en la habitación de al lado, el sonido de un arma de fuego y enseguida, el de unos pasos alejándose.
Sencillo averiguar que aquella mujer con un disparo en el pecho y esposada a un maletín con dinero era la pareja del hombre muerto. Mas complicado, echarle ganas y correr tras el asesino. Al final no lo atraparía y tendría que renunciar a unas anheladas vacaciones.
Ya en casa, mientras preparaba las maletas, leyó el titular del periódico:
Condecorado el inspector Beau-Coeur por resolver el caso del falso suicida del millón de euros. Los cónyuges, que discutieron por el premio, se arrebataron la vida mutuamente.
Siguen sin aparecer quinientos mil euros del premio.
EXTRA (MADRID B)
Fugitivos
Los vemos caminar rápido por el parque. El caballero delante, con un gato que ladra —lo del gato es irrelevante—, tras él, la señora, con un perrito blanco en los brazos que maúlla —el perro, no la señora—, detalle intrascendente. Que les tiemblen las manos y tengan sangre en sus zapatos sí es importante. Sospechamos que son los causantes de los gritos que salen de la consulta del veterinario. Esto último, es muy significativo —lo del veterinario—, máxime, si tenemos en cuenta que, en realidad, es un psiquiatra y todos esperamos nuestro turno mirando por la ventana.
(CATALUÑA – Punto extra)
DE LO PREMATURA QUE PUDO SER LA EXTINCIÓN DE LOS GATOS
A él nunca le gustaron los animales en casa, pero acabó consintiendo que su esposa acogiera una gatita. Llegó el día en que le pidió que llevara también un macho pardo que maullaba bajo su ventana. No habría imaginado nunca que ese gato, tranquilo en apariencia, sería tan terco y huidizo; perdió la cuenta de los arañazos recibidos como premio a su tesón. Claudicó cuando ya anochecía tirando el cesto al lado del portón. Sin embargo, con gran sorpresa, por la mañana lo encontró hecho un ovillo en su interior.
«Te ha ido de poco», pensó Noé llevándolo al arca.
(CATALUÑA)
EL OBISPO
—Antes de llevar a cabo su cometido, su ilustrísima debería probar cuán emocionante puede llegar a ser la ruleta —sugirió el hombre del frac.
El obispo Morseratti siempre había considerado el juego como algo diabólico, pero la voz de aquel hombre era tan persuasiva que terminó por colocar una moneda de diez francos en el número seis.
—Pleno al seis —anunció el crupier, mientras le acercaba un montoncito de fichas.
Una euforia jamás sentida se apoderó del obispo, llevándole a jugarse las ganancias otra vez al seis. La clausura del pecaminoso casino de Montecarlo que le encomendara Su Santidad —se dijo— bien podía esperar unos minutos más.
—Pleno al seis —exclamó el crupier. El obispo, extasiado, nuevamente lo apostó todo al mismo número.
Y por tercera vez, salió el seis.
—Quizá su ilustrísima reconsiderará ahora su misión —le propuso con voz meliflua el hombre del frac al entregarle un cheque de un millón.
Tras regresar al Vaticano, buscó la indulgencia por su fracaso. Mas la negativa del Santo Padre lo llevó a apurar la cicuta de su anillo.