152. MI BOSQUE, de Hadita
Me gusta pasear por el bosque. Andando despacio aprecio mejor la confortable alfombra de coloridas hojas secas. Me gusta acariciar la rugosa corteza de los árboles, sentir los años que llevan creciendo unos junto a otros como enormes y longevas familias bien avenidas. Sus enormes ramas, unidas unas con otras forman un techo capaz, a veces, de tapar la cálida luz del sol. Aspirar el aroma del bosque significa llenar los pulmones de oxígeno y aromas imposibles de descifrar dada su complejidad y variedad. Es oler a tierra mojada, humedad, frutos rojos y bayas, a lluvia y, a veces, a nieve reciente, blanca y brillante. Escuchar cómo susurra el aire paseándose entre las hojas, los pajarillos cantándose historias de amor a la vez que revolotean persiguiéndose y jugando entre las ramas, oír el crujir de mis pasos al caminar. Puedo saborear el bosque masticando sus frutos, castañas, avellanas y arándanos que voy encontrando por el sendero. Cuando termino mi paseo y entro en mi casa, mis hijos se acercan a mí olisqueándome, lamiéndome, aún son muy pequeños, les doy de comer. Me siento muy orgullosa de ser una osa de las pocas que quedamos por este hermoso lugar.
Precioso el cuento de mamá osa. Muy bella la descripción del paseo por el bosque.
Sí, muy bello, ojalá esa bella especie no se estinga nunca. Un abrazo.
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