64. CANCIÓN DE OTOÑO
Alessandra mueve el esqueleto como ninguna. En otoño, cuando las hojas cantan su canción, revive fundida con ellas en un vaivén acompasado al dictado de una melodía que sólo ella parece escuchar. Gira sobre su lápida con gracia, abstraída de todo lo demás, hasta que el viento cesa y el silencio se impone; entonces se pliega sobre sí misma en una elegante pirueta y desaparece dentro del ataúd. Nicolás se muere por sus huesos. Por los doscientos seis. Ofrece los suyos a Eolo para volverla a ver pronto, añorando los días en los que ella estuvo dentro de una caja de música que él podía manipular a su antojo.
Como homenaje a la música, y como forma de comentario alternativo, quiero compartir con vosotros una canción que esté relacionada con algún aspecto de vuestros relatos. Espero que te guste la que he elegido para el tuyo.
MANIC STREET PREACHERS- Autumnsong
https://youtu.be/8dwJldFQpPg
Me encantó!! Gracias crack.
Mal lo tuvo que pasar en vida esta mujer de naturaleza jovial cuando parece más feliz como espectro, dentro de su lápida. Seguro que esa libertad de movimientos, a pesar del espacio angosto, de la que ella disfruta ahora, es mucho mayor que la de esa caja de música aún estrecha, en la que estaba obligada a bailar al son de alguien que quizá creía quererla, pero de forma enfermiza, como una posesión a la que dirigir; alguien que no aprendió que el amor implica libertad y nunca sometimiento. Solo hay que desear que, cuando a él le llegue la hora, no vuelva a interrumpir la danza de esta bailarina.
Una historia llena de magia con expresiones llenas, también, de inteligentes segundos sentidos. Acabo de aprender el número de huesos que tenemos.
Un abrazo y suerte, Yolanda
Merece la pena escribir sólo por disfrutar los análisis que haces
Gracias Ángel!
Uf Yolanda, he empezado a leerte y he dejado que me llevaras de la mano, no tenía muy clara la dirección hasta que hemos llegado hasta esa brutal metáfora final. Eres una maga de las letras. Mucha suerte y aún más besazos y abrazos.
Muchas gracias Bea!