78. HORROR, de Láudano
No teníamos que haber venido, yo no quería, tenía trabajo atrasado, pero tú te has empeñado y mira ahora, te estás muriendo.
Te estás desangrando entre mis dedos y no puedo hacer nada, los teléfonos están abajo y nos tiene encerrados. No me gustó, como se te quedó mirando el conserje y nos trajo a esta habitación llamada la Ojáncana del bosque. Te tocó los pechos y me tiré sobre él, me empujó y caí sobre la cama, forcejeamos, pero su estatura y musculatura eran muy superiores a mí y me inmovilizó en un momento. Te subiste a su espalda y le dabas golpes con los puños y parecía que ni lo notara.
Me golpeó en la mandíbula y se revolvió contra ti, te cogió en volandas y mientras se reía te llevaba de un lado al otro de la habitación, dándote en todas las esquinas de los muebles y de la pared. Sacó un cuchillo y te abrazó. Salió dando un portazo.
Conseguí levantarme y te llamé horrorizado.
Cuando te volviste, la sangre salía a borbotones de tu pecho y aquí estoy yo, llorando sobre tu cara.
No teníamos que haber venido, yo no quería, tenía trabajo atrasado.
Mucha sangre, y mucho horror. No me extraña que repitas que no tenías que haber ido…. Si lo hubieras sospechado…. habrías insistido en que tenías mucho trabajo….. Pero el destino, está programado en nuestras vidas…. y tuvo que ocurrir lo que ocurrió.