44. La luz al final del túnel
Araceli tenía luz. Cuando nos conocimos abrió todas mis ventanas y descorrió todas mis cortinas. Nuestros encuentros eran choques de placas tectónicas que desajustaban los sismógrafos. Fueron días felices, su brillo se descomponía en cientos de colores que derramaba sobre sus seguidores como las vidrieras de una catedral gótica. A veces me dejaba entrar en sus zonas de penumbra y la veía tal cual era, sin la obligación de brillar. Entonces, su llama parpadeaba vacilante como una vela en una tormenta. Yo le decía que todo iría bien y la abrazaba muy fuerte protegiéndola con mi cuerpo. La depresión era un agujero negro que absorbía toda su energia. Yo sufría con sus combinaciones temerarias de ansiolíticos y procuraba hacerla reír; cuando veíamos La hora chanante su risa se precipitaba sobre mí como una cascada de aguas claras. Poco a poco y con altibajos volvió a ser ella. Su luz ya no deslumbraba , se volvió cálida y atrayente como las brasas en la chimenea. Una sombra de tristeza se había instalado en su mirada, pero al fin, en sus ojos, volvió a brillar el faro cálido que me salvaba de mis naufragios.
Si esta no es una historia de amor no sé qué podrá serlo. Que dos personas congenien no es sencillo, pero cuando se sucede, mantener la magia en la época de ebullición es algo que parece venir de serie, otra cosa es cuando todo se tuerce y vienen mal dadas, en especial, cuando el cerebro de una de las partes se pierde en oscuridades que nadie desea. Ya sabemos que no hay peor enemigo que uno mismo. La paciencia y esfuerzos de su compañero demuestran una relación puesta a prueba al límite. Cuando parece que ella es la rescatada de las tinieblas, vemos que ella es, también, la salvadora de él y de sus mil naufragios. Ambos se complementan y necesitan.
No sólo por lo que cuenta, sino por como lo hace, de manera expresiva y elegante, este relato entra en la categoría de los que no hay que perderse.
Un abrazo y suerte, Lucas
Ángel, como siempre certero y preciso en tu disección. Gracias por leerlo y por tu comentario, abrazo desde Cantabria
Lucas, gracias por tu poema.
Muy bonita historia de amor
Sonrisas mil
Gracias a ti por leerlo, Manuela